Menores reclutadas en el Huila y Pereira eran obligadas a prostituirse en Bogotá


Aunque el club nocturno se llamaba Séptimo Cielo, allí vivieron un infierno tres menores de edad, a las que les prometieron trabajo como empleadas de servicio, pero que fueron obligadas a prostituirse en ese establecimiento de citas y fiestas que se ubica en la avenida Primero de Mayo con carrera 69C.

Bajo la fachada de una empresa que buscaba amas de casa, las menores, que tienen 14, 16 y 17 años de edad, fueron contactadas en las ciudades de Neiva y Pereira. “Se aprovecharon de su mala situación económica y que, aunque son menores de edad, ya tienen hijos”, indicaron en la Seccional de Investigación Criminal (Sijín).

Una vez llegaron a Bogotá, las menores fueron encerradas en el club y constantemente amenazadas para que no escaparan del lugar. “Les quitaban los documentos y las intimidaban por el conocimiento que tenían de sus hijos y familia. Además los guardias de seguridad de la zona tenían instrucciones de no permitirles salir”, explicaron en la Sijín.

Aunque las menores inicialmente no debían realizar trabajo sexual, los explotadores las obligaban a realizar el aseo del establecimiento y luego les quitaban la alimentación. “Lo hacían para aburrirlas y para que de esa manera empezaran a ejercer la prostitución”, señalaron en la Sijín.

Este infierno que vivieron las menores en Séptimo Cielo terminó cuando la Policía de vigilancia del sector realizó un operativo de control en el establecimiento, en el que encontraron a las menores de 14 y 16 años. “Fueron puestas a disposición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y allí contaron por lo que estaban pasando”, agregaron en la Sijín.

De esta manera se abrió la investigación del caso, que duró un año, en la que la tercera menor de 17 años logró escapar. “Tanto la menor de 14 como la de 16 años la habían referenciado”, indicaron en la Policía.

Así fue como los investigadores recogieron el material probatorio con el que lograron desmantelar a la red de trata que funcionaba en ese establecimiento de la Primero de Mayo y cuyos presuntos cabecillas eran Hever Peñuela, propietario del establecimiento –que autorizaba el ingreso de las mujeres–, Abay Alejandro Hernández y Francy Milena Salinas, quienes serían los encargados de hacer las falsas promesas de trabajo a las menores.

Todos los integrantes de esta presunta red criminal tendrían que purgar una condena de 23 años por los delitos de trata de personas e inducción a la prostitución de menores de edad.

En el lugar, además, las autoridades encontraron más 90 botellas de licor adulterado.

“El sitio funcionaba en la completa ilegalidad. Se le pide a la ciudadanía que denuncie en el 123 y a la Policía Nacional cuando vea la presencia de menores de edad en este tipo de establecimientos”, informó el coronel Douglas Restrepo, jefe de la Sijín Bogotá.


Tomado de El tiempo
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