Durante treinta años el pediatra Carlos Ignacio Riascos
sembró a diario árboles en su finca de Mocoa, hasta llegar a un bosque de más de
5 mil árboles. En el momento de la tragedia que golpeó a Mocoa, el bosque
amortiguó el alud y salvó a todo un barrio.
“El bosque nos protegió… Llevo cerca de 30 años sembrando
árboles y la verdad es que ese esfuerzo salvó medio Mocoa, porque precisamente
la avalancha en ese punto se devolvió” dijo.
Riascos indicó que “donde la avalancha hubiese seguido ese
curso, había desaparecido media ciudad más”.
El médico quien es propietario del terreno que sirvió como
una especie de ‘barrera natural’ para evitar un mayor impacto de la tragedia,
aseguró que ese bosque es el resultado de su compromiso con la naturaleza y que
él mismo es quien lo ha financiado.
“Es una finca mía y la trabajo yo con mis propias manos y es
un esfuerzo propio por mantener la naturaleza… la naturaleza respeta a quien la
cuida y ese pedacito de bosque evitó una tragedia” señaló.
El doctor Riascos advirtió que no se puede permitir
nuevamente que se adelantan construcciones en esa zona, ya que se podría
producir una tragedia mayor.
“Es una zona muy peligrosa… el Estado no puede permitir que
se construyan viviendas en esa zona… se tiene que retirar a la gente y volver a
reforestar desde el sitio donde ocurrió el mayor impacto hasta la cabecera”
precisó.
De otro lado, el médico Carlos Riascos señaló que la
emergencia que se presentó el fin de semana ya se había registrado
anteriormente y destacó por ello la importancia de reforestar esa zona.
“Esto se presenta cada 50 años y yo estuve la primera vez en
el 61 y esta avalancha salió en el mismo sitio e hizo el mismo recorrido…. la
vez pasada fallecieron como cinco personas, pero la situación fue igual” dijo.
Agregó que “todos los días debemos sembrar una semilla y si
sembramos mil, por lo menos 20 o 30 terminarán siendo un árbol… ayer sembré 30
árboles, porque esto no es de emociones o momentos”.
Riascos relató que hace tres décadas la gente pensaba que
estaba loco por sembrar árboles “en un terreno que tenía poco valor”, pero hoy
mucha gente le da la razón y le agradece que gracias a su labor, se haya podido
amortiguar en parte la tragedia que deja más de 300 muertos y decenas de
heridos.
Si no hubiese sido así, lógicamente la avalancha había
tomado otro curso y se había llevado el hospital y los barrios alrededor”
expresó.
El doctor Riascos dijo que su casa vibraba con el pasar del
agua, lodo y las grandes rocas que posteriormente arrasaron por su paso con
varias viviendas.
“Es una situación terrible. La casa vibraba y se movía… el
estruendo de las piedras rodando a una gran velocidad producen un ruido enorme”
indicó.
En ese mismo sentido, agregó que la gente quería salir
corriendo, pero no había hacia dónde moverse.
“Había mucha agua y eso ocasiona un susto enorme y lo que
hicimos fue subirnos al segundo piso de nuestras casas y esperar.
Tomado de RCN Radio