En Corinto la tragedia pudo ser peor, alertas tempranas fueron claves


“Viene una avalancha, viene una avalancha”. Las voces de los vecinos de la zona montañosa de la vereda El Silencio interrumpieron la calma cuando el sol caía en Corinto, en el norte del Cauca, a eso de las 5:30 p. m. del martes pasado. Esas voces se mezclaron con el sonido de un vendaval y la furia del río La Paila, que arrastraba lodo, piedras y palos.
Esta fue una de las emergencias más críticas que ha vivido Corinto, pues, aunque no es la primera vez que las aguas de La Paila arrasan todo a su paso, en esta oportunidad el río se ensañó con la zona rural y urbana del municipio, al punto de que el lodo alcanzó casi un metro de alto. Las dos crecientes anteriores ocurrieron en 1990 y en el 2010.

En medio del desespero, María Fernanda Usnas y su bebé no lograron salir a tiempo de su hogar, en la vereda de La Cabaña. Fueron dos de las tres víctimas de la emergencia, entre las cuales hubo otra mujer.

Se recuperó un cuarto cuerpo, pero la muerte no se debió a la creciente: cuando era velado fue arrastrado por las aguas del río.

Antes de las 6 p. m. del martes, la alerta llegó al casco urbano de Corinto. Las personas empezaron a correr y algunos más utilizaron diferentes vehículos para tomar rumbo hacia Miranda o Toribío.

“No hubo tiempo de salvar las cosas. Perdí lo que tenía en mi casa”, contó Guillermo Rincón, quien vivía en el barrio La Playa, el cual quedó anegado.
“No tengo registros de otra afectación tan difícil como esta, pero vamos a salir adelante con el apoyo de la Gobernación del Cauca, del Gobierno Nacional y de los organismos de socorro”, dijo Edward García, alcalde de Corinto.

De manera preventiva, miembros de comunidades indígenas de El Palo y Tacueyó evacuaron por temor a crecientes. En el municipio de Miranda, por su parte, alertaron a la población para que esté atenta a cualquier situación.

Y, precisamente, el presidente Juan Manuel Santos, quien visitó Corinto, resaltó que de no haberse activado las alertas tempranas, la dimensión del desastre habría sido mayor.

El jefe de Estado y las autoridades locales aseguraron que las alertas sirvieron para que más del 80 por ciento de los 30.000 habitantes del municipio lograran escapar de la creciente.

“Desde las 5:30 p. m. se recibió una llamada desde la vereda El Silencio informando de la situación, y a las 5:45 p. m. ya estaban evacuando”, dijo Santos, quien confirmó daños en el sistema de alcantarillado, en un puente vehicular y en dos colegios, uno de los cuales sería reubicado, ya que se encuentra en un área de alto riesgo de desastres.

El Presidente agregó que la bocatoma del acueducto tuvo cierta afectación, pero no daño total. Aun así, carrotanques con agua han llegado al municipio para surtirlo. También señaló que 29 personas resultaron heridas y 18 desaparecidas.

A los albergues que se instalaron arribaron 243 personas, según reportes de organismos de socorro, que también informaron que 22 casas fueron arrasadas. Además, ya estaría lista la entrega de subsidios de arriendo para los damnificados.

En total fueron 30 cuadras de la zona urbana de Corinto las que resultaron afectadas, así como nueve veredas: El Silencio, La Cabaña, La Esmeralda, Los Andes, Miravalle, Carrizales, La Cristalina, Danubio y Capilla.

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