Bolsonaro ha despedido al
director del instituto de investigación que denunció los más de 72.000
incendios que se han producido en el país en lo que va de año.
La selva del Amazonas no solo
se está viendo amenazada por la desaforada tala de árboles de los últimos años,
a un ritmo que no se había visto en la última década, sino que ahora es el
fuego el que está destruyendo "el pulmón del planeta" a una velocidad
récord: solo en lo que va de año se han producido más de 40.000 incendios en la
zona de la Amazonía brasileña, más de la mitad de los que ha habido en todo el
país (72.000 hasta agosto).
El Instituto Nacional de
Investigación Espacial (INPE) de Brasil reconoce que los incendios han
aumentado en lo que va de año más del 80% si lo comparamos con el mismo período
de 2018.
Son muchos los que apuntan al
presidente brasileño como culpable de la situación. Los activistas
medioambientales le acusan de haber relajado los controles en la Amazonía desde
su llegada al poder, lo que estarían utilizando tanto las industrias madereras
como otros lobbys para atacar a la selva más importante del mundo.
El Amazonas se extiende por
una superficie diez veces mayor que la de España y casi la mitad de todo
Estados Unidos. Sus árboles producen un 20% de la cantidad de oxígeno que hay
en la atmósfera de la Tierra, lo que los convierte en vitales para frenar el
cambio climático y las consecuencias del calentamiento global.
La situación es tan grave que
el humo de los incendios de la zona del Amazonas ha llegado a Sao Paulo, a más
de 2.700 kilómetros de distancia, cubriendo el cielo de una manera nunca vista
antes en la ciudad por una causa similar.
La extensión de los incendios
en la región ha obligado a algunos estados amazónicos, como Amazonas y Acre, a
declarar situación de emergencia o alerta ambiental debido a que la humareda
multiplica las enfermedades respiratorias y afecta hasta el tránsito aéreo.
De acuerdo con el INPE, los
focos de incendio tan sólo en la última semana han afectado 68 áreas protegidas
por ser reservas ambientales o indígenas principalmente en la Amazonía. El
Parque Nacional de la Chapada dos Guimaraes, en Mato Grosso, ya perdió el 12 %
de su vegetación, mientras que la cobertura vegetal en la Reserva Indígena
Parque do Araguaia, igualmente en el estado amazónico de Tocantins, ha sido
diezmada por el fuego.
Para Bolsonaro, la razón de
los incendios es que es la "temporada de la queimada", es decir,
cuando los agricultores usan fuego para limpiar la tierra. Sin embargo, sus
detractores le acusan de favorecer la deforestación con políticas que anteponen
el desarrollo económico a la conservación del planeta. Y no tiene ninguna
intención de cambiarlas.
Para reforzar su tesis,
Bolsonaro citó que su Gobierno ha "cortado el dinero público que iba para
las ONG" que operan en la región amazónica, con proyectos
"supuestamente" volcados al cuidado del ecosistema. "De esa
forma, ese personal está sintiendo la falta de dinero", agregó el
gobernante de ultraderecha, quien apuntó que ahora la tarea de las autoridades
es determinar si los incendios en el mayor pulmón del planeta han sido
provocados.