Abuelo con alzhéimer toca armónica desde su balcón, le hacen creer que los aplausos son para él




Le hicieron creer que los aplausos de los vecinos, para reconocer al personal médico, son para él.

Una de las iniciativas que más se ha promovido en esta época de pandemia por el nuevo coronavirus es la de aplaudir a los profesionales que trabajan en clínicas y hospitales del mundo para salvar a los contagiados.

La intención, según se ha explicado, es reconocer su labor, pues se ponen en riesgo mientras ayudan a los afectados.

Muchos son los que, día tras día, acuden a sus ventanas o balcones y elogian a médicos y enfermeras durante minutos, y esta situación ha sido aprovechada por una trabajadora sanitaria para motivar a uno de sus pacientes.

La historia

Hermann Schreiber es un alemán, de más de 80 años, que permanece aislado en su casa de la ciudad española de Vigo.

Tiene alzhéimer (pérdida de memoria) y su esposa, Teresa Domínguez, quien también padece la enfermedad, está en un cuarto diferente del hogar.

Quien cuida a Hermann es Tamara Sayar y fue ella quien tuvo la idea de hacerle creer al hombre que los aplausos son para él y su armónica, un instrumento con el que creció y que no suelta en ningún momento.

Un día decidió decirle que todas esas arengas que se escuchaban desde los edificios vecinos a su casa eran para él y su ‘espectáculo’ musical, logrando emocionarlo.

“¡No sé si he creado un monstruo!: ahora se la pasa ensayando todo el día”, contó la mujer a la agencia de noticias Efe.

“Buen concierto, Hermann, aunque te has puesto nervioso por la cantidad de público. Yo entiendo”, se escucha decir a la mujer en uno de los tantos videos que le ha hecho al alemán y subido a redes.

Él solo se limita a mirar a sus ‘fanáticos’ y también aplaudir.

El hombre no tiene coronavirus, pero por pertenecer a una población en alto riesgo hay que cuidarlo muy bien.
Aunque sus controles médicos los realiza en su país natal, le tocó quedarse en España, el territorio de su esposa, por el cierre de fronteras para evitar la propagación del virus.

Tamara, por su parte, se ha dedicado de lleno al paciente y dejó a su hija al cuidado de su padre, un hombre mayor, pero que no entra dentro de la población más riesgosa.

“Hermann, Teresa y los hijos de ella (se conocieron después de que ella enviudo) son personas increíbles. Ojalá su historia trascienda después de todo lo que está pasando”, cerró la profesional en salud, en declaraciones recogidas por el diario 'La Vanguardia'.

Tomado de EL TIEMPO
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