Su
vida estaba rota, pesaba 42 kilos y solo esperaba la muerte. Su mamá la rescató
de las calles y, nueve meses después, compartió su historia.
La
adicción a la metanfetamina y la heroína hizo que tocara fondo, pero logró
salir de nuevo a la superficie e inspirar a otros a seguir su camino.
La
fotografía de su caída al infierno de las drogas la tomó su mamá el día en que
esta joven por fin aceptó dejarse ayudar. Estaba forrada en los huesos y con
problemas de salud graves.
Hoy,
con 18 kilos más y el semblante de una mujer renovada, le dice al mundo que
está “limpia” y feliz, que la recuperación es posible y que su lucha continúa.
La
imagen del antes y el después que compartió en Facebook inspiró a otros como
ella a mostrar sus propias transformaciones.
Del
infierno al cielo solo hay un salto de fe para quien se anime a darlo.
Tomado
de Caracol