Recientemente admitió los hechos y expresó sus motivos. Según
el hombre, consideró que estas vacunas son “obra del diablo” y les dijo a los
investigadores que sospechaba que el fármaco tenía microchips, podía afectar la
fertilidad y hasta cambiar el ADN de los inoculados.
Pero estas no son las únicas ideas extremistas. La
investigación reveló que Brandenburg tiene otros pensamientos polémicos como la
idea de que los hechos del 11 de septiembre fueron un montaje y, la perla, que
la Tierra es plana.
El juez del caso ordenó someter al hombre a un examen de
salud mental.
Los cargos por separado suman una pena de 20 años de cárcel y
medio millón de dólares de multa, pero los fiscales podrían recomendar un
máximo de 4 años de prisión, la sentencia se conocerá en junio.
Se cree que unas 57 personas pudieron haber recibido vacunas
potencialmente dañadas por la intervención de este sujeto.