Una mujer llamada Banu Cengiz vive en Turquía, atiende una
farmacia pero además de ayudarles a las personas, le ayuda a los animalitos, en
su farmacia tiene un lugar destinado para guardar comida, platos y mantas para
perritos callejeros que se acerquen a su negocio y requieren de comida, abrigo,
refugio o descanso.
Banu, tuvo una experiencia única pero encantadora, una
perrita se acercó a la puerta de su local decidida a pedir ayuda, la perrita
tenía una cortada en una de sus paticas delanteras, ella parecía saber que en
esa farmacia se encontraba una noble y amorosa mujer que estaría dispuesta a
ayudarla.
La perrita entró a la farmacia buscando únicamente a la mujer,
no se distrajo con absolutamente nada, Banu rápidamente la vio y se acercó a
ella, le ofreció un plato de comida pero la perrita se negó, ella sólo se
concentraba en mostrarle su patica de manera insistente.
Durante la curación la perrita fue el paciente más perfecto y
juicioso que jamás haya conocido Banu, pues ella no se movió ni se quejó en
ningún momento, sólo estiraba su patica y miraba con amor y agradecimiento a
aquella mujer que la había ayudado.
Después de que acabo el procedimiento de curación, la perrita
se acostó y le mostró su pancita en símbolo de agradecimiento y confianza.