La directiva se suma a una serie de medidas de los talibanes
para imponer su visión estricta del islam, que limita las libertades públicas,
sobre todo a las mujeres y las niñas.
"Hemos pedido a los comerciantes que corten la cabeza de
los maniquíes, porque va contra la 'sharía'", confirmó el miércoles a la
AFP Aziz Rahman, jefe del servicio de Promoción de la Virtud y Prevención del
Vicio en Herat, ciudad de unos 600.000 habitantes y tercera gran urbe del país.
Algunos comerciantes trataron de esquivar la orden cubriendo
la cabeza de los maniquíes, pero esa medida no contentó a los talibanes.
"Si se limitan a cubrir la cabeza, o esconden el maniquí, el ángel de Alá
no entrará en la tienda o en su casa para bendecirlos", afirmó Aziz
Rahman.
Varios comerciantes de Herat entrevistados por la AFP
expresaron su descontento. "Como pueden ver, cortaron las cabezas de los
maniquíes en la tienda", lamenta Basheer Ahmed, quejándose de que cada uno
de sus maniquíes le costó 5.000 afganis (unos 47 dólares). "Cuando no hay
modelo, ¿cómo esperas vender tus productos?", se preguntó.
Por el momento, los talibanes no han emitido ninguna orden a
nivel nacional sobre estas figuras de plástico, que no tienen cabida en su
estricta interpretación de la ley islámica, puesto que esta prohíbe las
representaciones humanas. Durante su primer régimen al frente del país, en los
años 1990, los talibanes destruyeron varias estatuas históricas de budas, una
acción que causó estupor en el mundo.
Desde que volvieron al poder, el año pasado, los islamistas
prometen ser más moderados, para intentar cambiar su imagen internacional y
recibir ayuda humanitaria. Pero lo cierto es que han impuesto nuevas
restricciones, especialmente contra las mujeres y las niñas.