Es por eso que April uno de los personajes protagónicos de
esta historia, acepta que su esposo trabaje como gigoló para que a fin de mes
puedan pagar las cuentas sin ningún contratiempo.
Aunque para muchas personas la situación puede parecer
descabellada, a la pareja le funciona perfecto pues él por su parte tiene que
responder por 3 hijos, los cuales son fruto de su primer matrimonio, y ella por
una hija de 19 años, sin contar los gastos que se generan aparte.
"Tres niños no son baratos. Por eso lo que hago como
gigoló ayuda", relató el hombre en un diálogo con un medio británico.
Todo comenzó cuando el esposo de April tenía 19 años y trabajaba
como masajista deportivo; un día una de sus pacientes le insinuó que una
persona como él podría ganar más dinero si ofreciera servicios de
'acompañamiento por horas'. En ese momento su cabeza rechazó por completo esa
posibilidad no obstante, con el pasar del tiempo comenzó a pensarlo mejor y un
día se aventuró a intentarlo y todo salió muy bien; así que desde entonces
empezó a trabajar como gigoló.
Cuando conoció a su esposa, fue muy sincero al contarle sobre
su trabajo alterno y luego de establecer algunos acuerdos, la mujer aceptó y
todo continuó entre ellos con total normalidad pues entendieron que sólo se
trataba de una situación que al final del día los beneficiaba a los dos pues
así ella no tendría que 'matarse' trabajando, ni su familia tendría que pasar
necesidades.
"No hay una forma más fácil o rápida de ganar dinero y
se adapta a mi trabajo y a mi familia. A veces, April lucha con la atención que
recibo de otras mujeres, pero sabe que, al final del día, soy todo suyo”, le
contó el hombre de Gran Bretaña a The Sun.
Tomado de: El clarin