Esta es la historia de Linda Caicedo, la futbolista que deslumbra al mundo


La cancha donde por primera vez Linda Caicedo le dio patadas a una pelota está a siete cuadras de su casa, en el corregimiento de Villagorgona, en Candelaria. Allí, a ese ‘potrero’ donde hoy forjan sus sueños otros chicos, llegó ella un día, tomada de la mano de sus padres, para darle nacimiento a una carrera que ahora la tiene en la élite mundial.

La distancia poco importaba, porque Linda, empujada por sus deseos de crecer con el balón, caminaba desde su casa religiosamente todos los días hasta ‘El Tronco’, nombre con el que se conoce la única cancha de Villagorgona.

A los 5 años, la delantera de la Selección Colombia dejó a un lado las muñecas y empezó a encariñarse con la pelota. Tanto así, que, según cuentan sus padres, Mauricio Caicedo y Erlinda Alegría, el primer regalo de Navidad que pidió fueron “un balón y unos guayos”.

La primera camiseta que la pequeña se puso fue la del Real Juanchito, club donde comenzó a mostrarle al mundo su don para el gol y la gambeta.

“Sus padres nos pidieron que la dejáramos entrenar. Decían que todo lo pateaba, los zapatos no le duraban y mantenía jugando en la calle con los niños”, cuenta Diego Vásquez, su primer entrenador.

“Un día, Rafael Murillo —presidente del equipo— me preguntó que, si tuviera dinero, en qué lo invertía. En Linda, le contesté sin dudarlo. Y él se echó a reír, como si fuera un chiste”, recuerda entre carcajadas el profesor Vásquez.

Lo que no pareció un chiste fue la primera ‘hazaña’ de Linda como jugadora. Otro de sus profesores, Miguel Ángel Ramírez, recuerda, como si fuera ayer, que una vez, en un juego contra el club Cutis por la liga vallecaucana, Linda le resolvió el partido.

“Ella llegó tarde ese día. No la metí. Perdíamos 3-0 al terminar el primer tiempo. Cuando faltaban 15 para acabar el juego, le dije que entrara. Ganamos 4-3. Todos los goles los hizo Linda”.

Para Linda, el fútbol no solo se juega en la cancha. En su cuarto, en una casa de tres pisos del barrio Las Gaviotas, sobre una repisa hay libros de Jorge Valdano y Daniel Habif. Los otros dos o tres se los llevó a Costa Rica, donde está alargando su historia, esta vez con la camiseta número 11 de la Selección Colombia Femenina Sub 20, luego haber salido subcampeona con el equipo de mayores en la Copa América. Esta noche, la delantera de 17 años, nacida el 22 de febrero del 2005, podría instalarse con sus compañeras en las semifinales del Mundial Sub 20, si vencen a Brasil.

En el comedor de su casa y con un cuadro de Linda de brazos cruzados, la madre de la estrella colombiana cuenta que su hija no solo ama la pelota, sino los momentos en familia, los libros, la bandeja paisa y la sopa de queso.

“Linda es de buen comer, pero come sano. Ella no come tanta harina, ni grasas, su prioridad son las ensaladas”.

Linda, quien ya ha salido campeona de la Liga colombiana con el América y el Deportivo Cali, creció viendo y admirando a estrellas del fútbol como: Messi, Cristiano Ronaldo y Neymar.

De hecho, cuenta su padre, cuando los ve, agarra los balones que tiene en la repisa, al lado de sus trofeos, y empieza a imitar y practicar las jugadas de estos futbolistas.

Con un brillo en los ojos y con el reflejo del trofeo de Copa América que recibió Linda en su rostro, Mauricio revela lo apasionada y disciplinada que ha sido ella, tanto en el fútbol, como en el estudio, pues ahora también estudia inglés.

“Linda en el colegio era un ejemplo. La rectora la ponía delante de los niños y les decía: ‘vean a esta niña que viaja y se queda por fuera hasta dos semanas y llega aquí al día con sus tareas’. Ella se la pasaba del colegio a la casa y de la casa a las canchas”, relata el padre de Linda, sentado en la sala de su casa.

Admirando las decenas de trofeos y medallas conseguidos por su hija, los padres de Linda Caicedo tienen la fe de que esta noche las ‘Superpoderosas’ conseguirán el paso a las semifinales del Mundial Sub-20 y que así su ‘bebé’, como la llaman con cariño, pueda seguir logrando los sueños que hoy tiene. Sueños entre los cuales ella considera jugar en un equipo grande por fuera del país (la quiere el FC Barcelona de España), conseguir logros internacionales con la Selección Colombia Femenina y el de convertirse en la mejor jugadora del mundo.

Tomado de Sergio Molina Ramos, reportero El País


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