A sicarios de cuatro niños en Caquetá les ofrecieron $ 1 millón y lote

El análisis de las llamadas que se hicieron vía celular entre Florencia y la vereda Las Brisas el miércoles 4 de febrero, día de la masacre de los hermanos Vanegas Grimaldo, fue clave en la investigación que permitió, por ahora, la captura de Cristopher Chávez Cuéllar y Édison Vega García.


Los dos, capturados el sábado en la tarde en la capital de Caquetá y en la vereda La Esperanza, son señalados de cometer el cruel crimen de cuatro niños de 4, 10, 14 y 17 años, atacados con disparos. 


Investigadores de la Dijín y la Fiscalía aseguran que ese 4 de febrero, a las 4:40 p. m., Vega García llamó a Cristopher Chávez para proponerle sacar, a punta de amenazas, a la familia Vanegas Grimaldo de un lote de 1.800 metros cuadrados. Esas tierras, a la orilla de la vía que conduce de Florencia a Neiva, fueron la base de un disputa que comenzó en el 2013 y en la que hubo denuncias entre vecinos ante la inspección de Policía.


La oferta por el crimen, según el expediente, fue un millón de pesos y un lote. Como anticipo habrían recibido 500.000 pesos.
Los investigadores aseguran que el día de los hechos, Édison Vega hizo dos llamadas a dos números de celular diferentes. Una señora que vende minutos en Florencia le confirmó a la Policía el hecho. Cuando verificaron a qué números había llamado, se pudo establecer que uno de los teléfonos está a nombre de la compañera sentimental de Chávez Cuéllar, quien portaba el aparato telefónico.










Momento de la captura de Cristopher Chávez y Edison Vega.  Foto: Archivo particular.



En una de las llamadas, Vega, un conocido de la familia (que estaba conformada por nueve hijos), le puso cita a Chávez Cuéllar en la vereda Las Brisas. Allí llegó junto con otro hombre, quien sería el segundo sicario y que está siendo buscado por la Dijín y el CTI.


“Los recibieron dos personas, quienes se encargaron de darles las indicaciones de la vivienda de la familia”, dijo Luis González, director de Fiscalías. Es decir, en el lugar habrían estado los dos sicarios, Édison Vega y el autor intelectual, quien al parecer pretendía quedarse con el lote para montar un estadero y un lavadero de carros. La Fiscalía dice que también buscan a un quinto implicado.







Audiencia contra los dos implicados del crimen ante el juez promiscuo de Montañita (Caquetá). Foto: Leo Medina.



Las instrucciones, según la Policía, las recibió Chávez en un papel con el nombre de Jairo Vanegas, padre de los menores, y el de su esposa, Victoria Grimaldo, escritos junto a dos números celulares.


Ese papel lo encontró la Dijín en el allanamiento a la casa donde Chávez vivía con una mujer y tres hijastros. “Estaba entre un hueco de un ladrillo de la casa”, dijo un investigador.

En la vivienda también hallaron enterrada en el patio la moto, así como las prendas que ese día usó y un arma. Los investigadores aseguran, además, que en el momento de la captura Chávez estaba planeando un viaje a Neiva para cometer otro caso de sicariato. ​








En la reconstrucción de los hechos –en la que fue fundamental la información de vecinos que reconocieron la moto y los retratos hablados de los dos señalados asesinos–, la Policía y la Fiscalía establecieron que Chávez Cuéllar llegó primero a una casa en la que encontró al menor víctima de 17 años, a su hermano mayor y a una tía con discapacidad mental.


“Preguntó por Jairo Vanegas y como no estaba, obligó al menor de 17 años a llevarlo donde creía que estaba”, dijo una fuente que conoce el proceso. Al joven se le presentaron como miembros de las Farc y le dijeron que sus padres se habían metido “en líos con la guerrilla”.

Fue así como el mismo joven llevó a los dos sicarios hasta el rancho en la vereda El Cóndor, donde estaban cuatro de sus hermanos. En el camino pidió que no lo mataran, a lo que los sicarios respondieron “fresco”.







Retratos hablados de los sospechosos del crimen.    Foto: Archivo particular.



“Cuando llegó, los niños estaban viendo televisión. Le dijeron que sus papás estaban en Florencia. Permanecieron por media hora en la casa, tiempo en el que robaron un computador portátil, documentos y otras pertenencias. Luego decidió cometer la masacre”, dijo otra fuente en la investigación.


Agregó que Chávez, a quien las autoridades llamaron el ‘Desalmado’, dijo tras la captura: “Se me fue la mano”; sin embargo, ni él ni Vega aceptaron los cargos este domingo en la audiencia.

Al parecer, los dos sicarios estuvieron dentro de la casa a la espera de que los padres regresaran. Habían ido a buscar cupo en el colegio para los pequeños.

Mientras uno le disparó el otro los obligó a tenderse en el piso. El fiscal asegura que los niños entraron en 'shock' al ver que los iban a matar. El informe técnico arrojó que primero atacaron, con un revólver calibre 32, al joven de 17 años, y luego a los otros niños. “A la pequeña de 4 años le dispararon a quemarropa y luego le taparon el rostro con una capucha”, dijo ayer el fiscal del caso en la audiencia.

Uno de ellos, de 12 años, logró saltar por una ventana y huir herido. Milagrosamente sobrevivió a un disparo en el pecho y ahora es atendido en un hospital. Los padres de los niños y los hijos que no murieron en la matanza salieron de la región y hoy reciben protección especial.


Ocultaron pruebas


Una vez la noticia de la masacre se hizo pública, lo que obligó a que una comisión de Policía y Fiscalía viajara desde Bogotá por orden del Presidente, los sicarios intentaron destruir las pruebas, incluso, quemaron los papeles de propiedad de la moto. Como evidencia hay grabaciones de llamadas interceptadas en las que uno de los implicados pidió una motosierra para destruir la moto. Había sido robada en octubre del 2014 en Acevedo, Huila.


—¿No será más fácil conseguir una herramientica? Como para bajarle esa coraza y eso…
—Yo le entiendo. Lo que pasa es que donde estoy no me he podido meter porque tengo clientes en la pura entrada, ¿sí me entiende?


Esa conversación, de acuerdo con las autoridades, fue el viernes 6 de febrero. La moto fue destruida y enterrada en la casa.







En un patio de una casa, en un sector popular de Florencia, la Policía halló la motocicleta en la que se habrían movilizado asesinos. Estaba enterrada en un hueco, a dos metros de profundidad.  Foto: Archivo particular.


Otra de las pruebas, y que llevaron a la Dijín y el CTI hasta los asesinos, fue el computador portátil que Chávez hurtó. Fuentes oficiales dijeron que el PC fue recuperado, lo que permitió seguir su ruta. Chávez lo vendió en 50.000 pesos a una persona en el barrio La Ciudadela de Florencia.


Pese a esos intentos, la Policía y la Fiscalía lograron identificar a cinco personas que habrían participado en el crimen. A Vega y Chávez ya les legalizaron la captura. El juez promiscuo de Montañita (Caquetá) con funciones de control de Garantías, Carlos Alirio Lozada, los envió a una cárcel como medida de aseguramiento y señaló que el Inpec debe fijar el sitio de reclusión. Tres personas más serán capturadas en los próximos días, entre ellos, el autor intelectual, quien sería un transportador de carga.


LEO MEDINA JIMÉNEZ
Enviado especial EL TIEMPO

Artículo Anterior Artículo Siguiente

نموذج الاتصال