En el Tecnoparque Agroecológico Yamboró, el SENA ha puesto al servicio de sus aprendices toda una infraestructura tecnológica que les permite adquirir conocimientos aplicables en ambientes reales de formación.
Los empresarios del campo tendrán la posibilidad de monitorear y controlar variables clave para su labor productiva -brillo solar, humedad y PH del suelo-, así como tomar decisiones más precisas y atender situaciones –incluida la ausencia de mano de obra-, gracias a una estrategia integral implementada por el SENA.
Se trata de ambientes reales de formación, donde la entidad ha puesto en marcha el Proyecto Integrador BioTIC, con el cual busca que los jóvenes experimenten una réplica de los problemas que enfrentan los productores colombianos.
La iniciativa se desarrolla en el Tecnoparque Agroecológico Yamboró, donde un equipo de inquietos instructores, apoyados por jóvenes aprendices, dieron vida a una propuesta que hoy se erige como una promesa para apuntalar el progreso del sector agropecuario.
Es un completo ‘laboratorio para el agro’, como ellos mismos lo han denominado, pues reúne todas las condiciones indispensables para responder a las necesidades técnicas de quienes laboran en las áreas rurales del país.
“BioTIC y sus ambientes de aprendizaje permiten, en primera instancia, impartir formación con calidad, realizar investigación aplicada y generar procesos de innovación y desarrollo tecnológico”, afirma el director Regional del SENA en el Huila, Luis Alberto Tamayo.
En efecto, el proyecto tiene como eje articulador un componente tecnológico altamente innovador. Es el ‘Green Mote C’ o caja controladora, una herramienta multifuncional que recoge información, enciende y apaga luces, conecta sensores, sube y baja persianas y activa dispositivos.
Este instrumento, diseñado por aprendices de Automatización y Mecatrónica del Centro de Gestión y Desarrollo Sostenible Surcolombiano, ha sido instalado en diferentes puntos del Tecnoparque, donde es desplegada toda la estrategia orientada a administrar de forma inteligente el desempeño de espacios vitales para el sector, como las estaciones meteorológicas, el galpón, el inmunizador de guadua, el invernadero y el sistema de riego.
Todos aquellos escenarios en los que los empresarios del agro se mueven para mantener vigente su actividad y responder a los requerimientos de la sociedad de consumo.
Este sistema de control, aplicado a la automatización del sector agropecuario, tiene dos características especiales: Es de bajo costo y transferible al productor, quien puede acceder a él a través de los diferentes procesos de formación adelantados por la entidad en esta región del país, donde se avanza en el fomento de las TIC aplicadas al campo.
En la actualidad, cerca de 300 aprendices del SENA, pertenecientes a 10 programas de formación, viven su proceso a través del acceso a alternativas como el ‘Green Mote C’, constituido en una vía para destrabar los cuellos de botella técnicos y tecnológicos enfrentados por los campesinos.
La identificación y el manejo de variables como la temperatura, la humedad, el viento, el brillo solar y el PH del suelo, fundamentales para el éxito de las más diversas actividades agropecuarias, son atendidas de manera sistemática con estos controladores, programados para imprimir un toque real a los ambientes en los que los jóvenes desarrollan su ejercicio formativo.
Riego inteligente
Déivar López, aprendiz dedicado a la caficultura, ha tenido la oportunidad de acceder a un sistema de riego inteligente que se convierte en una solución a la medida, porque integra un hardware de recolección automatizada de datos y un mecanismo de comunicación inalámbrica, soportado por energías renovables. Esto le facilita medir la humedad del suelo y controlar la necesidad hídrica del cultivo.
“Este sistema de riego automatizado es ideal para los cultivos; en la finca lo hacemos con un galón, manualmente. Si aplicamos esta estrategia, podremos reducir gastos en el pago de jornales y estaremos utilizando tecnología”, comenta.
De acuerdo con López, el sistema de riego -manejado por el ‘Green Mote C’- es un modelo, porque les permite a los agricultores proyectarse e ir a la vanguardia tecnológica. “El campo está muy quedadito; necesitamos ir mejorando. Esta herramienta es muy útil para fortalecer los procesos de producción y calidad”, agrega.
Él y sus compañeros están aprendiendo en un espacio que califican como óptimo. Al medir las variables de forma precisa disminuyen costos y pueden registrar los datos en el controlador, además de mantenerlos en el tiempo, porque la información es enviada al Sistema de Monitoreo y Control (Sicom – Rex), diseñado para tal fin.
Invernadero automatizado
Mientras que Déivar habla del sistema de riego, Jámer Ordóñez, agricultor de nacimiento, destaca las bondades del invernadero automatizado en el cual transcurren sus jornadas de aprendizaje, a la vez que asegura que multiplicará el conocimiento entre sus familiares, amigos y vecinos de San Agustín, donde reside.
“Somos agricultores; cultivamos café, pimentón, tomate y habichuela. Pero, para nosotros es muy complicado trabajar, porque la mano de obra es escasa. Sería muy bueno que nuestros invernaderos fueran como éste, para garantizar el bienestar de las plantas y de los trabajadores”, expresa.
Sus palabras reafirman las bondades del ‘Green Mote C’, denominado como el ‘computador para el agro’, toda vez que permite articular el Proyecto Integrador BioTIC y resolver, de forma precisa, sistemática y oportuna, los requerimientos de los productores.
“Estamos utilizando las TIC como una disciplina idónea para articular, permear y proveer soluciones a través de sus programas de formación, con la idea de contribuir al incremento de los índices de competitividad y productividad de la región”, puntualiza el Director Regional del SENA en el Huila.
Según el Instituto Internacional para la Comunicación y el Desarrollo (IICD), las TIC pueden contribuir para el logro del primer Objetivo de Desarrollo del Milenio, que es erradicar el hambre y la pobreza extremos, al elevar la renta económica de los pequeños productores agrícolas y al fortalecer el sector de la agricultura. En términos generales, las TIC contribuyen a un acceso mejorado a los precios, a los mercados y a la información referida a la producción.