La ciclista antioqueña aseguró que tuvo que aceptar la sanción por falta de apoyo y recursos económicos.
Peor no pudo terminar
la carrera deportiva de la pedalista antioqueñaMaría Luisa Calle, a quien la
Unión Ciclística Internacional (UCI) le ratificó la suspensión de
cuatro años que le había impuesto por dopaje en los Juegos Panamericanos de
Toronto, Canadá, en julio del año pasado.
La paisa de 47 años de
edad, múltiple campeona y medallista nacional, Bolivariana, Suramericana,
Centroamericana y del Caribe, Panamericana, Olímpica y Mundial, aceptó
haber violado el reglamento antidopaje y asumió la sanción y sus
consecuencias en una carta que le envió a la rectora del ciclismo el pasado 3
de marzo.
Sin embargo, un nuevo
capítulo empezó este jueves, un día después de aceptar la sanción, tras sus
declaraciones a El Colombiano, en donde asegura que le tocó
"firmar la carta aceptando la sanción para que no se fuera a otra
instancia, ya que me cobraban 7.500 francos suizos y no los tengo”.
La pedalista nacional
aseguró que se sintió abandonada y que nadie la apoyó cuando más lo
necesitaba. “Nadie acá sabe de esa sustancia, y el Comité Olímpico
Colombiano y Coldeportes nunca me ayudaron, ni para un tiquete nacional
para hacerme unos exámenes”, aseguró en entrevista con el medio
antioqueño.
"Somos un objeto
de ellos. Una máquina que sirve mientras se producen medallas. En Atenas
(Juegos Olímpicos de 2004) me defendieron porque estaba de por medio
una medalla. Ahora defendían a una persona, por eso”, agregó.
Sobre el final de su
carrera, María Luisa fue dura y dejó ver su desilusión con el país. "No he
pensado en nada, pero cuatro años es mucho para esperar. La verdad por
Colombia no me provocaría correr nada”.
Finalmente, envió un
mensaje para todos los que siguen demostrándole su cariño. “Esta vez no
conté con los medios necesarios para mi defensa, que sigan creyendo en
mí como lo hicieron cuando la medalla olímpica”, sentenció.
Tomada de El Espectador