Los ciudadanos están haciendo justicia por mano propia.
La situación social en Venezuela ha escalado a
niveles estratosféricos. Algunos piensan que se salió de control y a
juzgar por los últimos hechos tienen razón.
En ese país los ciudadanos se están tomando la justicia por
sus propios manos y están quemando vivos a los delincuentes, con un agravante,
las masas, enfurecidas y cegadas por el odio, no están comprobando si quienes
son capturados por las propias comunidades, son culpables o no de lo que
se les acusa.
El caso más emblemático se registró la semana pasada. La
muchedumbre rodeó a Josué Fuentes Bernal de 42 años, lo golpeó
con violencia, varios de esos golpes tuvieron como destino su cabeza de la cual
salía abundante sangre.
“Sin derecho a ningún tipo de juicio, un sujeto entró
en escena y roció a la víctima con alguna sustancia inflamable. “Robó al
viejo”, gritó en cámara antes de sacar un yesquero y sentenciar al inocente. En
segundos, Roberto Josué Fuentes Bernal estuvo envuelto en llamas”, narra el
diario local contra punto.
“Dos personas —con sentido común— que estaban presentes
trataron de apagar el fuego para luego trasladarlo a la clínica más cercana
que, por cierto, debido a la escasez de medicamentos no tenía los insumos
necesarios paratratar quemaduras de segundo y tercer grado. Luego de
trasladarlo a otro hospital y estar en cuidados intensivos, el corazón de
Roberto no aguantó y murió debido a un infarto causado por estas quemaduras”,
dice
La descripción de los hechos es cruda y la realidad una
sola: En Caracas, capital de Venezuela, quemaron a un hombre vivo. Con el pasar
de los días, los medios locales dieron una información que agravó los
hechos: Josué Fuentes Bernal era inocente.
“Se dedicaba a la cocina profesional desde hace cuatro años.
Hace una semana había encontrado un nuevo trabajo en un restaurante ubicado en
Los Ruices. El lunes comenzaba su segunda semana de labor. A las afueras del
Centro Comercial Los Ruices, frente al elevado, se dijo que un adulto mayor fue
atracado y arrojado al suelo y que Fuentes Bernal se acercó para
auxiliarlo, pero una muchedumbre confundió al salvador con el victimario”.
El caso de Bernal es apenas uno. Según
los medios locales, el número de linchamientos en lo que va de 2016 sobrepasa
las 30 personas fallecidas en todo el país.
“En el nombre de Dios pedimos a los ciudadanos: no se dejen
llevar por el odio ni la venganza. ¡No se conviertan en asesinos! Los
delincuentes deben ser sancionados por el Estado de acuerdo a las leyes
vigentes”, dijo el el Arzobispo de Caracas (Venezuela), Cardenal cardenal Jorge
Urosa.
“Con profundo horror y tristeza hemos conocido que en las
últimas semanas han ocurrido en Caracas varios linchamientos de personas”, dijo
el arzobispo de la ciudad en un comunicado refrendado junto a sus obispos
auxiliares.
“Se trata de algo absolutamente inaceptable, que
va en contra del quinto mandamiento de la Ley de Dios, que nos prohíbe matar, y
que es además una gran injusticia pues castiga con la muerte delitos menores y
algunas veces se quita la vida a personas inocentes”, indica.
En un texto publicado en Analitica.com, “En Venezuela son reportados
linchamientos ocasionales desde hace más de treinta años. Los barrios de
Maracaibo eran escenario frecuente. Tanto que en 2007 el criminólogo de la
Universidad del Zulia Alexis Romero hizo una investigación de campo para
sondear las actitudes y opiniones que tenían al respecto los pobladores de dos
sectores de esa ciudad. Detectó que los linchamientos eran la expresión general
“de la rabia acumulada por la ausencia de estado de derecho”. Pero en ese
ámbito no todo delincuente iba a ser linchado. Sólo aquellos que han “matado o
violado”.
Nueve años después, en esta mutación que han tenido el
delito y en general la violencia en Venezuela los linchamientos ya no son
solamente de colectivos contra individuos. En 2015, por ejemplo, fueron
reportados casos en los que pobladas enardecidas mataron a más de una persona
en Sanare (5 personas) y en Petare (2)”.
Además, dice el medio, la acción violenta de los grupos ya
no se encamina solamente a homicidas y violadores. Cualquier ratero de esquina
puede ser linchado en la actualidad.
Las autoridades reportan que en lo que va corrido del año,
en Venezuela se han reportado 17 tentativas de homicidio. Las masas tratan de
hacer justicia por mano propia.
“Estamos entonces ante una conducta que se repite cada tres
días en el país. Lo curioso es que durante la segunda mitad del año pasado,
cuando comenzó esta epidemia de linchamientos, las cifras de tentativas solían
ser más elevadas que las de los casos en los que ocurría la muerte del sujeto
golpeado. El análisis de cada episodio indicaba que los miembros de la turba
desistían de la acción violenta debido a la llegada de las autoridades”, dice
Analítica.
Tomado de KienyKe