En momentos en los cuales
las leyes propenden por la libertad de género y piden que se castigue drásticamente
a los hombres por violencia doméstica, las
noticias nos sorprenden alejándonos de esta
realidad en la cual siguen aumentando
los casos registrados en todo el país, y por supuesto en nuestro municipio que
no es ajeno a este entorno.
En este caso la denuncia
es en contra de un honorable concejal, quien fue elegido por voto popular para
que desde su fuero, se consolidara un líder para la comunidad capaz de defender
los derechos de los suyos cuando se vean vulnerados; sin embargo este honorable
concejal fue denunciado por una mujer que no es su esposa y quien dice tener
con él una relación, quien en varias ocasiones ha sido víctima de violencia en
contra de su integridad y de varios elementos de su vivienda.
Según la mujer, el hombre
quien se encontraba en estado de embriaguez sostuvo una fuerte discusión con
ella, al punto de maltratarla física y psicológicamente, de tirar al piso en
varias ocasiones su computador que es su herramienta de trabajo dejándolo prácticamente
inservible.
Tal así fue el espectáculo
que los vecinos llamaron a las autoridades de policía para que se llevaran al
honorable concejal a la “sala de reflexión” para que pensara acerca de sus
actos.
Un espectáculo bochornoso,
para un líder de la comunidad que ante las multitudes habla de la integralidad del
ser humano y de la unidad “Unidos seguiremos trabajando”, pero para lograr la
unidad se debe respetar, y mucho más a las mujeres.
Ahora me pregunto, ¿cuál
será el papel de la personería municipal, de la comisaria de familia, del mismo concejo municipal ante los hechos,
en los cuales uno de los suyos es objeto del escarnio público por violencia doméstica?
O el SIMPLE hecho quedará
registrado en uno más de los que siguen aumentando las estadísticas y de la
misma manera las victimas de hombres que jamás aprenderán a ser caballeros,
hombres que les quedó grande serlo.