A hierbas. El café que cultiva don Hernán Rojas
junto a sus hermanos Armando, Jorge Eliécer, Thelman y su padre Eliécer, sabe a
hierbas. Es tan particular que Starbucks, la cadena más grande de tiendas de
café alrededor del mundo, lo escogió para que fuera parte de su categoría
Starbucks Reserve, lo que significa que es un café “suficientemente distintivo”
para ofrecer al mundo.
En la tienda virtual Starbucks los casi 250 gramos
(8,8 onzas) del café de la finca Santana El Bolsón cuestan 20,50 dólares. Es
decir, casi $60.000 pesos. Don Hernán, el mayor de los descendientes de don
Eliécer, cree que todo el trabajo que dedica su familia para cosecharlo y el
proceso que sigue después de venderlo hace que valga eso e incluso más.
Como asociado a la Cooperativa Departamental de
Caficultores del Huila, Cadefihuila, don Hernán llevó allí su lote de café
variedad Caturra. “A ellos les gustó y el catador lo eligió. Expocafé (la
exportadora de las cooperativas de caficultores) hizo el negocio con Starbucks.
Estuve de buenas, dicen que es difícil conseguirle de esos cafés”, cuenta.
El equipo de expertos catadores Starbucks evalúa más
de 250.000 tazas cada año en su sala de degustación para elegir cafés “raros y
especiales”. Entonces no fue cuestión de suerte. Representantes de la multinacional llegaron a
visitar su finca en el corregimiento de Guacacayo en Pitalito, a 14 kilómetros
del casco urbano, y le llevaron a la familia un reconocimiento especial con dos
partes, una escrita en inglés y otra en español.
“Gracias a su trabajo en calidad y el compromiso de
sacar adelante una generación de caficultores, aportar al crecimiento de la
región y el cuidado del medio ambiente; en esta ocasión Starbucks ha decidido
lanzar una edición limitada de Reserva Especial de su finca, un lugar en un
selecto grupo que solo la excelencia logra”, reza el oficio.
En Seattle
La reserva Santana El Bolsón fue llevada a Seattle,
Estados Unidos, para realizar el proceso de tostión en el complejo de
Starbucks.
“Cada uno de nuestros cafés Starbucks Reserve tiene
su propia historia que contar y desarrollamos un proceso de tostión para cada
uno de ellos. Abordamos cada café, cada cosecha, con una perspectiva totalmente
nueva. Puede ser un trabajo de amor, pero es sobre todo amor”, describe la
compañía.
Pero antes, en la finca de Pitalito se lleva a cabo
una fermentación de entre 24 y 29 horas y el secado entre dos y tres semanas.
Un secado lento y solar. Claro, todo depende de la temperatura ambiente. La
labor de siempre es sostener la calidad.
¿Por qué nos encanta este café?, dicen en la página web donde se puede
comprar en línea la media libra del café de los Rojas.
Y responden: “Después de trabajar en una granja
local, a través de la perseverancia y la dedicación, Eliécer ahorró suficiente
dinero para comprar tierras donde su familia pudiera cultivar café. Con un
siglo de experiencia combinada entre él y sus hijos, han desarrollado sus
propias técnicas de cultivo al tiempo que se centran en la tradicional variedad
Caturra de la región. La familia Rojas continúa mejorando sus prácticas”.
La descripción de la taza es simple pero
cautivadora. Acidez media, cuerpo medio. “Un café complejo marcado por sabrosas
notas a base de hierbas de tomate y tomillo”.
Por PAULINA YÁÑEZ
VARGAS La Nación