El río ya no será represado en Oporapa, se canceló proyecto de la hidroeléctrica


El proyecto hidroeléctrico de Oporapa, el más avanzado de los siete que se han identificado en el río Magdalena, se apagó definitivamente.

La multinacional italo-española Emgesa, desmontó el proyecto para construir una tercera represa en el sur del Huila.

La decisión fue confirmada por el gerente general de la compañía, Bruno Riga, quien solicitó oficialmente el archivo del proyecto y la terminación anticipada de los trámites administrativos que venía adelantando para obtener la viabilidad técnica, a pesar de la abierta oposición de las comunidades.

El proyecto para la construcción de la nueva central hidroeléctrica fue presentado el 9 de agosto de 2012 por Emgesa al iniciar los trámites para la licencia ambiental, en medio de una generalizada oposición de la comunidad.

La multinacional solicitó a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) los términos de referencia para realizar los estudios de impacto ambiental, sin necesidad de presentar el Diagnóstico Ambiental de Alternativas (DAA) así como la autorización para realizar la consulta previa,  primeros pasos para iniciar los trámites del licenciamiento.

El proyecto  tendría una capacidad  instalada de 280 megavatios, un poco más pequeña que El Quimbo pero con una gran afectación  en los municipios de Oporapa,  Isnos, Saladoblanco, Tarqui, Timaná,  Elías  y Pitalito.

La tercera represa fue presentada como otro proyecto de gran envergadura “para aprovechar al máximo la disponibilidad del recurso hídrico de la zona”.

Sin embargo el proyecto generó un movimiento social en el sur del Huila, asociada a las acciones en defensa del territorio que se han venido adelantando en el resto de municipios.

La meta era tener una capacidad instalada de 1.220 megavatios en el Huila (540 aportados por Betania y 400 por El Quimbo en operación desde junio de 2015.

La construcción de la tercera represa hace parte del plan de expansión. Emgesa aspira a convertirse en la empresa líder en el sector energético colombiano. Actualmente cuenta con centrales de generación (diez hídroeléctricas y dos térmoeléctricas.

EL DESMONTE

Riga, quien acaba de hacer dejación del cargo, anunció la decisión de cancelar en forma definitiva el proyecto.

“Emgesa no se encuentra interesada en adelantar la construcción y operación del proyecto hidroeléctrico de Oporapa”, advirtió Riga antes de retirarse de la compañía.

El ejecutivo, quien estuvo hasta el 21 de agosto pasado en esa posición, solicitó la terminación de los trámites que se hayan adelantado hasta el momento y se proceda al cierre del expediente NDA 0821, donde iniciaba los trámites para la obtención de la licencia ambiental.

La solicitud fue presentada en abril pasado a la directora de la Anla, Claudia Victoria Gonzalez. La entidad reafirmó la decisión. Sin embargo, advirtió que el archivo era improcedente.

La entidad rindió concepto técnico 1954 el 19 de noviembre de 2012 para el proyecto sobre el río Magdalena diseño construcción y operación requería la presentación del diagnóstico ambiental de alternativas para su correspondiente evaluación.

El requerimiento fue notificado a la multinacional el 15 de febrero de 2013 culminando ese trámite administrativo. Con el estudio la Anla podía iniciar en firme el proceso de evaluación del proyecto hidroeléctrico.

Sin embargo, Emgesa no presentó el respectivo estudio.

Ante el anuncio de la compañía de no tener interés en continuar con el proyecto hidroeléctrico de Oporapa,  “resulta improcedente dar por terminado un trámite que no ha comenzado por inexistencia de un Diagnóstico Ambiental de Alternativas”, explicó Guillermo Alberto Acevedo, subdirector de Evaluación y Seguimiento.

“La presión social de las comunidades, las acciones adelantadas por autoridades locales, líderes y organizaciones sociales en defensa del territorio contribuyeron indudablemente en frenar este proyecto. Sin embargo, la respuesta de la Anla genera incertidumbre, al no ordenar el archivo definitivo”, afirmó el académico Miller Dussán Calderón, vocero de Asoquimbo.

OPOSICIÓN

Pero no solo fue Asoquimbo. Las propias comunidades se levantaron contra este proyecto, que se replicó en el resto municipios para frenar la construcción de nuevas represas.

La construcción de una represa en el sector ‘El Guineo’  en la  vereda Vega Grande, afectaría además a otras regiones productoras como Alto San Francisco, Paraguay, San Ciro y La Maica. Además, generaría graves impactos económicos, sociales y ambientales en esta zona cafetera, afirmó la Asociación de Productores Agrícolas (Surcafé)  de la vereda El Carmen.

“Si se llegase a ejecutar este proyecto, se deterioraría mucho más la superficie del suelo hasta llegar posiblemente a un segundo Gramalote a nivel nacional, siendo realmente catastrófico para los habitantes de ese municipio”, expresaron.



EN SERIE

Los concejos municipales de la región mediante acuerdos en serie prohibieron la minería de alto impacto y la construcción de represas. Varios de estos proyectos no pasaron el control constitucional en el Tribunal Administrativo del Huila.

En Oporapa, eje de la protesta, se inició una consulta popular para apagar el proyecto.

La iniciativa fue propuesta el año pasado por el alcalde de Oporapa, Pablo John Trujillo Motta ante los trámites iniciados hace cinco años por la multinacional Emgesa para la posible construcción de una represa en el sector ‘El Guineo’  en la  vereda Vega Grande.

El concejo de Oporapa emitió concepto favorable para la realización de la consulta popular el 2 de diciembre de 2016. Sin embargo, no pasó el control de legalidad en el Tribunal Administrativo del Huila.

La corporación, inesperadamente, declaró inconstitucional el procedimiento y cuestionó el texto que se pretendía someter a consulta para impedir la construcción de la represa ‘El Guineo’ en Oporapa.

La iniciativa naufragó por dos razones, según los magistrados: El procedimiento desde su inicio, se apartó del marco constitucional y legal.  En criterio de la corporación el alcalde de Oporapa, al solicitar al concejo el concepto previo no tuvo en cuenta que dicha pregunta no se ajustaba al ordenamiento jurídico vigente, en la medida de que no llenaba el requisito de neutralidad que debía tener esta especialísima forma de participación ciudadana.

En ese escenario de origen popular no se surtió el debate político y jurídico necesarios para llevar adelante tal mecanismo de participación ciudadana, en la medida de que tampoco allí se verificó la inconstitucionalidad de la pregunta.

Tomado de La Nación

Escrito por Ricardo Areiza
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