A pesar de que se impuso una condena de 47 años en contra
del presunto asesino material de la comunicadora, permanecen dudas respecto a
la autoría intelectual del mismo y los motivos del homicidio que conmocionó a
la sociedad huilense.
¿De qué se ríe Juan Camilo ‘El Loco’ Ortiz? Esa fue la
pregunta que se hicieron varios asistentes presentes en la audiencia durante la
que se impuso condena contra el hombre sindicado de ser el autor material de la
periodista huilense Flor Alba Martínez Nuñez.
Como si no acabara de ser sentenciado a 47 años y 6 meses de
prisión, el sicario presente por Skype permaneció absorto y risueño durante el
veredicto, al igual que lo estuvo en el transcurso de las diligencias
previas.
Más allá de la duda inmediata sobre su actitud, la sentencia
condenatoria en contra de Juan Camilo Ortiz dejó también abiertos varios
interrogantes respecto a las piezas sueltas que faltan para resolver el
rompecabezas de la muerte de la periodista originaria del municipio de San
Agustín.
Hace un poco más de tres años, Ortiz había sido detenido una
primera vez como presunto autor material del atentado realizado en contra de la
veterinaria Julieth Henao, a quien aparentemente le disparó en cinco ocasiones,
en el mismo municipio de Pitalito.
En ese entonces se benefició de una medida de prisión
domiciliaria otorgada por un juez de Timaná, la cual fue cuestionada por la
periodista Flor Alba Núñez en repetidas ocasiones.
Por ese motivo, la venganza personal fue elegida por la
Fiscalía como la principal hipótesis del homicidio de Flor Alba Martínez que
tuvo lugar el 10 de septiembre de 2015.
En el terrible video que se dio a conocer en las redes
sociales, se ve cómo un hombre armado equipado de una casco de motocicleta se
acerca a la entrada de la emisora La Preferida y dispara en dos ocasiones en la
espalda de la comunicadora, antes de salir caminando por la misma acera por la
que llegó hasta el lugar del crimen.
Posteriormente, las investigaciones de la Dijín y de la
Fiscalía establecieron que el hombre del video era Juan Carlos Ortiz, un
fanático de fútbol que fue visto minutos antes del incidente con la misma
camiseta que porta el homicida en la cinta de seguridad.
En la casa del agresor ubicada entre el municipio de
Palmitos y el corregimiento El Bongo (Sucre) fueron hallados toda clase de
altares y objetos de cultos esotéricos macabros, aparentemente dispuestos para
protegerlo durante sus fechorías, lo cual reforzó la teoría del caso del ente
acusador.
Sin embargo, el hecho de que Juan Carlos Ortiz fuera
condenado como autor material del crimen dejó abierta la puerta a nuevas
investigaciones respecto a una posible autoría intelectual de otros sujetos en
el homicidio de Flor Alba.
Y es que de acuerdo con lo que se dieron a conocer las
investigaciones que realizaron diversos medios después del homicidio, Flor Alba
Martínez no sólo denunciaba el crecimiento de las bandas criminales en la
región, sino también su relación con políticos y con personajes públicos.
Al respecto, una amiga de ella, también periodista de
Pitalito, quien prefirió mantener el anonimato por razones de seguridad,
advirtió que no se tenían que descartar posibles motivos políticos en el
homicidio de su compañera. “Además de haber recientemente publicado un audio en
el que se mencionaban aportes de dinero realizados a la campaña del actual
alcalde, el día que la mataron iba a denunciar que un concejal y un candidato a
la alcaldía estaban obligando a madres comunitarias a votar por ellos”,
expresó.
“Además de que es una extraña coincidencia que este tipo que
ya estaba condenado a prisión la asesinara a ella cuando todos denunciamos el
atentado contra la veterinaria que se había dado a conocer en rueda de prensa”.
Si bien para Sebastián Salamanca, coordinador de defensa y
atención a periodistas de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), la
condena del autor material del homicidio es un avance hacia la consecución de
justicia, este no oculta el largo trecho que todavía falta para poder
identificar los autores intelectuales de la agresión.
“Este caso tiene todas las características para considerarse
como un caso relacionado con el oficio periodístico, por eso la solicitud que
hace la FLIP a la Fiscalía es la de manejar las otras hipótesis del caso en
paralelo” declaró.
Además denuncia la larga tradición de violencia en
contra de la prensa que existe en el municipio de Pitalito y que ha ido
recrudeciendo en todo el país durante los últimos. Según las cifras de la
Fundación, desde 1998 hasta 2016 han sido asesinados 5 periodistas en el Huila
y han sido amenazados de muerte por lo menos otros 40 comunicadores.
Mientras que en todo el país, por ejemplo, hubo 47 amenazas
registradas en 2008. En lo que va de 2017 se han contado más de 90.