La separación se dio luego de que el anciano le comprara un
apartamento en Europa. Ahora, el exreligioso, que quedó literalmente en la
calle, vive de la caridad.
El sacerdote inglés, Philip Clements conoció a Florin Marin
en una red social de citas. Tras un corto romance, se casaron.
El caso cobró relevancia pues puso al descubierto el doble
rasero de la Iglesia de Inglaterra, que permite que sus ministros se casen
siempre y cuando las uniones sean heterosexuales.
Pero la historia no era el cuento de hadas que se creía. El
joven rumano, supuestamente dedicado al modelaje, en realidad lavaba platos en
un restaurante por el equivalente seis dólares diarios.
A lo largo de los meses, la diferencia de edad (55 años) pasó
factura. La relación marchó bien durante unos meses, hasta que Clements logró
vender una casa que tenía en Reino Unido y compró un departamento en Bucarest.
Una vez concretada la negociación, con la propiedad a nombre
del joven, Florin Marín abandonó a Clements. Según su versión, la relación se
dañó porque el adulto mayor no podía acompañarlo en sus fiestas nocturnas en
bares gay.
Preguntado sobre la razón por la que tan rápidamente le cedió
el inmueble, el exvicario dijo: "cuando las cosas iban bien, quería que él
tuviera seguridad cuando yo muriera. El próximo año cumplo 80 años, no sabía
que terminaríamos tan pronto”.
Con el corazón roto, Clements tuvo que regresar a su país sin
propiedades y en la bancarrota. Ahora, vive junto a un amigo pues no cuenta con
ingresos siquiera para garantizar su subsistencia.
“Por supuesto, fue una tontería, fue un desastre, realmente
fue una tontería y darle la propiedad fue una estupidez”, declaró el exreligioso
al medio Mail Online.
Sin embargo, hay más, luego de la separación el joven modelo
tardó muy poco para conseguir un nuevo amante: se trata de un acaudalado
español Jesús Vega, con quien Marín ahora posa radiante y feliz.
Mientras que el exsacerdote pasará año nuevo en un frio piso
de Reino Unido, su joven ex lo pasará en un exclusivo crucero por el
Mediterráneo.
Tomado de Caracol