En su mayoría las
víctimas fueron registradas en Palu, una ciudad de unos 350.000 habitantes en
la costa oeste de Célebes.
Hospitales no dan
abasto para tratar a los heridos. Habitantes transportaban como podían los
cuerpos sin vida de las personas fallecidas.
La Agencia de gestión
de desastres de Indonesia informó este sábado de un balance de al
menos 384 muertos y 540 heridos.
"Desplegamos a
miles de personas, sobre todo del Ejército y de la Policía" y más de
16.000 hombres y mujeres fueron ya evacuados, informó este sábado el portavoz de dicha agencia, Sutopo Purwo
Nugroho.
Imágenes de Palu
mostraban varios cadáveres cerca del mar, algunos de ellos cubiertos con lonas
azules. Los coches destrozados diseminados por la zona reflejaban la violencia
con la que la ola, de 1,5 metros de altura, golpeó la localidad.
A la agencia le
preocupa también la suerte de varios cientos de personas que preparaban un
festival en una playa de Palu la noche del viernes, poco antes del tsunami.
El sismo afecto
fundamentalmente a Palu y a la cercana región de Donggala. "En Palu [...]
hay edificios, casas, que fueron destruidas", dijo el portavoz. "Pensamos
que decenas o cientos [de víctimas] todavía no han sido encontradas entre los
escombros", añadió.
"La Cruz
Roja indonesia acelera los esfuerzos para ayudar a los
supervivientes, pero no sabemos lo que encontrarán allí", dijo Jan
Gelfand, miembro de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna
Roja en Yakarta.
El fuerte temblor se
sintió a cientos de kilómetros de distancia y apenas se tienen noticias de
fallecidos en Donggala, una región al norte de Palu donde al menos una persona
murió el viernes.
"No sabemos nada
de Donggala y eso es muy preocupante", señaló Gelfand. "Allí viven
más de 300.000 personas. Esto ya es una tragedia, pero podría ser mucho
peor", añadió.
El sismo, de magnitud
7,5, según el Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS), golpeó la isla poco
antes de las 11H00 GMT.