El estado de Tennessee, EE.UU, ejecutó este jueves con la silla eléctrica
a David Miller, el segundo preso que en poco más de un mes prefirió morir
electrocutado.
A Miller, blanco de 61
años, lo declararon muerto a las 19:25 hora local tras recibir dos descargas
eléctricas en la Institución de Máxima Seguridad Riverbend, en Nashville.
Fue entonces cuando
Miller recibió una primera descarga de 1.750 voltios durante 20 segundos,
seguida por una pausa de 15 segundos y una segunda descarga también de 1.750
voltios de 15 segundos antes de ser declarado muerto.
Miller fue ejecutado
por asesinar la noche del 30 de mayo de 1981 a Lee Standifer, una chica con
discapacidad intelectual con la que salía.
Standifer, de 23 años,
apareció muerta -golpeada y apuñalada- la mañana del 31 cerca de la vivienda en
la que residía Miller en Knoxville, Tennessee después de que los dos fueron
vistos juntos la noche anterior.
Tras casi cuatro
décadas encerrado por ese crimen, Miller era el preso más veterano de los cerca
de 60 que pueblan el corredor de la muerte en ese estado sureño.
Tennessee y otros ocho
estados de la Unión conservan todavía la silla eléctrica como método secundario
de ejecución en caso de que los presos la prefieran a la inyección letal, que
es la primera opción en todo el país, o que ésta no esté disponible.
Su uso, sin embargo,
es muy minoritario y en la última década tan solo dos presos habían sido
ejecutados así hasta que el pasado 1 de noviembre, también en Tennessee, Edmund
Zagorski prefirió la silla a la inyección letal.
En documentos
judiciales previos a su ejecución, Miller dijo que la silla eléctrica es
"inconstitucional" pero que la inyección letal es "todavía
peor".
Anoche, el estado de
Tennessee le sirvió a Miller una última cena que el preso había pedido con un
presupuesto máximo de 20 dólares y que consistió en pollo frito, puré de papas,
galletas y café.
La de Miller fue la
tercera ejecución del año en Tennessee y la número 23 en todo el país, las
mismas que en 2017.
Desde que el Tribunal
Supremo restituyó la pena de muerte cuatro décadas atrás han sido ejecutadas
1.488 personas, nueve de ellas en Tennessee.