Acababa de pasar un
minuto de silencio en memoria del expresidente Belisario Betancur,
fallecido la semanada pasada, cuando de pronto desde las barras del recinto del
Senado cayó justo en medio de donde se sientan los congresistas uribistas, un
paquete con confeti y cuatro pequeños ratones de laboratorio.
De inmediato hubo
protestas y señales para la barra, la Policía acudió y el propio
expresidente Álvaro Uribe, jefe del Centro Democrático, subió a ver
qué era lo que pasaba.
Se acusa a dos
personas como responsables y las autoridades están investigando si fueron las
encargadas de lanzar, con un paracaídas de juguete, cuatro roedores de
laboratorio que cayeron en las curules del CD.
Uno de esos ratones
aún permanece en el puesto de la senadora Paloma Valencia.
La plenaria del Senado
en protesta fue levantada.
“En solidaridad con el
propio Senado, con todos los senadores, vamos a levantar la sesión”, indicó
Ernesto Macías, presidente de la corporación.
A esta hora en el
Senado un pequeño ratón de laboratorio, nervioso e inquieto, no entiende por
qué fue usado como protesta política.