Esto ocurrió
pasadas las nueve de la noche, cuando su esposa escucho dos disparos, corrió a
buscar a Luis, lo halló tirado en el suelo, yacía sobre un charco de sangre.
A pesar de que lo
trasladaron aún con vida al hospital Arsenio Repizo Vanegas de San Agustín, no
logró sobrevivir.
Su muerte es una gran
pérdida para la arqueología no solo de San Agustín sino de Colombia y mundo, ya
que el aportó con sus investigaciones gran parte de lo que hoy conocemos del vestigio
de la cultura agustiniana.
Fue asesinado despidiéndose
de la noche; la indagación judicial sobre quién o porque querían hacerle daño a
esta persona, apenas inicia.