Autoridades
advierten que no genera ningún tipo de olor, lo cual es grave porque facilita
el consumo en escenarios públicos.
"Tiene
otros químicos sintéticos y lo que hace es una estructura melcocha. La colocan
en los cigarrillos (electrónicos), de tal manera que pasa desapercibida”,
explica el coronel Carlos Rojas, comandante operativo de la Policía de Bogotá.
En
el mercado, este tipo de alucinógeno se llama ‘marihuana wax’: aparte de ser
difícil de percibir, su efecto es más fuerte de lo común.
Según
autoridades, los vendedores suelen ser universitarios que hacen el proceso
químico en sus propias viviendas. El expendio y consumo se daría dentro de las
instituciones educativas.
A
la Policía le llevó seis meses hacerle seguimiento a esta nueva forma de
consumir marihuana hasta que finalmente pudo ponerle tatequieto a los
traficantes.