Boca abajo, sin ropa
interior y con una piedra sobre el cuello, fue encontrado el cuerpo sin vida de
la niña de 9 años Charol Libeth Samboní Pérez, quien fue asesinada, al parecer
por un menor de 13 años, en zona rural del municipio de Garzón.
El trágico episodio
ocurrió en la finca Las Marías, sector de San Joaquín de la vereda Alto Sartenejo,
en la Capital Diocesana del Huila.
La niña salió de su
jornada escolar y se fue para la hacienda productora de tabaco, ubicada en la
misma vereda, donde labora su mamá Jennifer Pérez Niño, como amarradora de hoja
de tabaco.
Durante la tarde del
miércoles pasado, Charol, estuvo jugando con otros niños del sector. “Hasta las
3:30 de la tarde la niña estaba jugando todavía con las amiguitas… Ya cuando se
acabó el trabajo tipo 4, la mamá salió y al no encontrarla, empezó a buscarla;
el mismo joven con el que fue vista por última vez aseguró que la niña se había
ido para la casa”, contó Guillermo Correa Paz, padrastro de la menor.
Pero Charol nunca
llegó a su casa, por lo que preocupados su madre, su padrastro, trabajadores de
la finca y vecinos del sector empezaron a buscarla y con el paso de las horas
crecía la incertidumbre.
‘Querían
embolatar la búsqueda’
“Empezamos a buscar en
la finca agropecuaria (que queda al lado de la tabaquera) donde hay unos lagos,
revisamos los estanques que representaban más peligro para la niña y no
encontramos nada, entonces seguimos hacia una parte donde hay un corte de pasto
y nada…”, narró el padrastro.
“Pero había un sitio
donde este muchacho y el papá argumentaban que por ahí no íbamos a encontrar
nada, porque eso era muy espeso, que había mucha maleza y así lograron
embolatarnos cerca de dos horas”, recordó el padrastro. Ante la duda, la
familia decidió, siendo aproximadamente las 10 de la noche, ingresar y buscar,
hallando la niña.
Tenía signos de
violencia
“Lamentablemente,
alrededor de las 10:30 de la noche, se encuentra la menor, sin signos vitales y
con señales de violencia, aproximadamente a 100 metros de la casa principal de
la finca, en un sector enmontado, donde pasa un arroyo”, reportó el comandante
del Departamento de Policía Huila, el coronel Juan Carlos Restrepo.
Fue exactamente en el
canal de agua que irriga la finca San Joaquín, donde fue encontrado sumergido
el cadáver de la menor. “Encontramos el cuerpo boca abajo, sin ropa interior y
con una piedra grande sobre el cuello y la espalda, que la presionaba,
sumergiéndola en el estanque”, describió con la voz quebrada el familiar.
Confesó el crimen
Tras el terrible
hallazgo, la comunidad enfurecida, al parecer, trató de linchar al adolescente
sospechoso del crimen de Charol, por lo que fue necesaria la intervención de la
Policía, que lo sacó del lugar custodiado en una patrulla.
“En el transcurso del
recorrido desde la vereda al casco urbano de Garzón, este menor manifiesta a
los policías de Infancia y Adolescencia que él había cometido el homicidio,
razón por la cual fue aprehendido”, señaló el coronel Restrepo.
Por su parte, el
padrastro de la víctima dijo que “de ese joven lo único que conocíamos es que
es el hijo del hornero, el señor que se encarga del cocinado del tabaco, desde
hace un año lo distinguíamos, pero nada más”. Y agregó: “El joven confesó y se
está echando la culpa de todo, pero también queremos que se investigue la
culpabilidad del papá, porque él lo encubría, que también lo condenen por
cómplice”.
La niña
Charol Libeth Samboní
Pérez tenía 9 años de edad, vivía en la vereda Alto Sartenejo de Garzón junto a
su hermano de 14 años y su hermanita menor, su madre Jenifer y su padrastro
Guillermo.
Es recordada por su
familia como una niña feliz, extrovertida, inteligente, a la que le gustaba,
bailar, cantar y soñaba con ser enfermera o policía. Y según su familia, su
alegría, más grande era compartir con su padre, quien por motivos de trabajo
vive fuera del Huila.
Charol cursaba grado
tercero de primaria en la institución educativa del centro poblado de Majo,
donde era muy querida por su profesores y compañeritos. Era buena estudiante y
se esforzaba por obtener buenas notas.
En ocasiones, Charol
acompañaba a su mamá al trabajo, principalmente cuando no tenían con quien
dejarla, como ocurrió la fatídica tarde del 22 de mayo pasado.
Tomado de La Nación
Neiva