La Corte
Constitucional hizo un llamado a las autoridades para que se proteja a más de
14 niños de una escuela en Sardinata, Norte de Santander.
Cada mañana, más de
una decena de niños del municipio de Sardinata, en Catatumbo, una zona conocida
por ser epicentro del conflicto armado en Colombia, se expone a peligros intentando cruzar el río
Presidente.
Su esfuerzo no es para
jugar al fútbol o simplemente pasar un tiempo de diversión. Ellos cargan en sus
maletas lápices y libros. Su destino, al otro lado del puente Hamaca que está a punto de caerse, es la escuela
donde estudian.
El caso es tan grave
que, tras una tutela presentada por el personero del municipio, llegó a manos de la Corte Constitucional.
Según explica el
magistrado Carlos Bernal, los
niños de esa zona del país tienen dos problemas: van a una escuela
con deficiencias en su infraestructura, y para llegar tienen que cruzar un
puente llamado Hamaca, sobre un río en el que hay caimanes. Sumado a esto, el
paso está diseñado sin las mínimas condiciones de seguridad.
En medio de la
situación, se busca hacer efectiva
la protección de los derechos fundamentales de estos niños por
medio de la sentencia T209 de 2019.
En primer lugar,
señaló que el deber del Estado de garantizar el derecho a la educación de los
niños, niñas y adolescentes cobraba especial relevancia en las áreas rurales
afectadas por el conflicto, pues es, precisamente, a partir de la
educación, que estos podrían
desarrollar capacidades para superar las causas estructurales de la violencia,
tales como la pobreza y la marginalidad.
En segundo lugar, se
evidenció que los menores que vivían en el extremo noroeste de la vereda debían
cruzar una quebrada que, en época de lluvias, crecía al punto que dificultaba o
imposibilitaba su paso hacia el centro educativo. Por otro lado, que quienes vivían en el extremo noreste
debían cruzar un río caudaloso habitado por caimanes, pues el puente Hamaca que
utilizaban para llegar a la escuela era inservible.
En los videos
aportados por un antiguo profesor de la escuela y por el personero municipal,
la Corte constató, por un lado, que los menores cruzaban el río en pequeños
troncos unidos de manera artesanal, y que, en una de las visitas al
sector, dos caimanes se
precipitaron al río y llegaron a escasos metros de la lancha de motor que
transportaba a los funcionarios de la Personería.
Por otro lado, la
Corte Constitucional señaló que “el departamento de Norte de Santander conformó
un equipo técnico que debe reconstruir el puente Hamaca, invertir en estudios
de diseño para la construcción de otro puente en el extremo noroeste de la
vereda y destinar recursos para el mejoramiento de la infraestructura de la
institución educativa.Por su parte, el municipio de Sardinata, en atención a su
capacidad presupuestaria, se
comprometió a construir una línea de conducción de agua desde la quebrada hasta
la escuela y un tanque de almacenamiento para el uso de los baños de la
institución”.