¿Los animales en Colombia deben tener derechos como los humanos?



Decisión de la Corte podría traer implicaciones sobre cientos de animales en cautiverio en el país.

Hace 13 años se estrenó Happy Feet, una película animada en la cual la situación de un pingüino en cautiverio abrió todo un debate político y jurídico sobre la conservación de los animales, sus derechos y las responsabilidades de los seres humanos en el cuidado de su hábitat.

Esta semana el caso del oso 'Chucho', un oso de anteojos que se encuentra en cautivero en el Zoológico de Barranquilla, se convirtió en una historia de la vida real que podría asimilarse al debate público que ocurrió en la vida ficticia de Happy Feet. 
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La historia de 'Chucho' llegó a la Corte Constitucional después de un largo recorrido jurídico que involucra a jueces y altos tribunales, hábeas corpus y tutelas.

Tras revisar su vida e historia, la Corte Constitucional decidió este martes que hará una audiencia pública para debatir todos los pormenores de la vida de 'Chucho', cómo se está protegiendo al oso andino -cuya especie se encuentra en peligro de extinción- y, más importante aún, si los animales en general tienen derechos.

Todo empezó en junio del 2017, cuando 'Chucho', un oso de anteojos de 23 años, fue trasladado desde la reserva de río Blanco, en la ciudad de Manizales (en donde vivió 18 años) al zoológico de Barranquilla. Tras ese traslado, un ciudadano -Luis Domingo Gómez- interpuso un hábeas corpus considerando que en el zoológico se encontraba en un estado de "cautiverio permanente", por lo que pidió que se dejara al oso en libertad.

Su petición fue negada por un juez en primera instancia, pero el 26 de julio del 2017, en una decisión inédita, la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia le dio la razón en que se debía liberar a 'Chucho'. 
Así, esa sala aseguró que el oso debía volver en 30 días a un hábitat natural. También agregó que el caso de 'Chucho' debía evaluarse desde lo que la Corte Constitucional ha denominado la Constitución Ecológica, abriendo una puerta para que se revisaran los casos de otros animales que se encuentran en cautiverio en los zoológicos del país.

Esto porque la Sala Civil dijo que se debía procurar, en forma escalonada y mirando caso por caso, readaptar a los animales que viven en cautiverio "a las condiciones naturales (...) disponiendo las medidas pertinentes para su reinserción en un hábitat natural".

Pero además, la Sala Civil también habló del reconocimiento de los derechos de los animales, afirmando que no sólo son seres sintientes -como lo han establecido otros fallos de la Corte Constitucional y las leyes que penalizaron el maltrato animal- sino que además "son sujetos de derechos, legitimados para exigir, por conducto de cualquier ciudadano, la protección de su integridad física, cuidado, mantenimiento o reinserción a su hábitat natural". 
Son sujetos de derechos, legitimados para exigir, por conducto de cualquier ciudadano, la protección de su integridad física, cuidado, mantenimiento o reinserción a su hábitat natural
Eso básicamente significa que a juicio de la Sala Civil, los animales tienen derechos y es por esto que pueden usar recursos jurídicos que son de los humanos: los hábeas corpus y las tutelas.

La decisión que había favorecido a 'Chucho', sin embargo, fue tumbada posteriormente por la Sala Laboral de la Corte Suprema, que en agosto del 2017 frenó el regreso de 'Chucho' a la reserva río Blanco, en Manizales. 

La Sala Laboral aceptó una tutela del zoológico de Barranquilla, en la que aseguró que se vulneró su debido proceso, por lo cual ordenó mantener al oso de anteojos en ese zoológico. En esa tutela, la Sala tuvo en cuenta varios argumentos del zoológico. Por ejemplo, ese centro aseguró que la Sala Civil había desconocido la naturaleza del hábeas corpus como mecanismo para defender la libertad de las personas pero no de los animales.

El zoológico también dijo que no se había tenido en cuenta las pruebas que demostraban que 'Chucho' estaba mejor en Barranquilla que en la reserva natural porque nunca había vivido en libertad y, por lo tanto, no estaba acostumbrado a vivir solo y a luchar por su supervivencia. La decisión de mantener al oso en el zoológico fue confirmada también por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia.

El caso habría quedado en esos términos si no fuera porque la Corte Constitucional escogió la tutela en enero del año pasado para revisión. En medio de ese proceso constitucional, el representante legal de la Fundación Botánica y Zoológico de Barranquilla pidió que se hiciera una audiencia pública para debatir el caso de 'Chucho' de cara al país.

Específicamente el zoológico de Barranquilla se refirió a la necesidad de hacer un debate con expertos sobre "las razones científicas y jurídicas de la inconveniencia de permitir la protección de los animales a través de acciones constitucionales referentes a derechos fundamentales".

Por esto, la Corte anunció este martes que hará una audiencia pública el próximo ocho de agosto para evaluar el tema y escuchar las diferentes voces.

La Corte también ha solicitado varias pruebas en este caso, como por ejemplo, evidencias que permitan establecer en qué estado se encuentra el oso 'Chucho'. También se le pidió al Ministerio de Ambiente información sobre si se adelanta algún plan de conservación del oso de anteojos u oso andino, cómo se controla la población de osos existentes en el país, si se conoce cuántos hay, cómo es su hábitat, alimentación, cuidados y es posible determinar cuántos están en cautiverio,
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