Jordan
y Andre Anchondo habían ido a Walmart con su niño de dos meses para comprar los
útiles escolares de su hija mayor. Cuando el atacante ingresó a la tienda y
comenzó a disparar, se abalanzaron sobre el pequeño para protegerlo. El acto
salvó al menor, pero les costó la vida.
Jordan
y Andre Anchondo acababan de dejar a su hija mayor en un entrenamiento del
equipo de porristas cuando se dirigieron para el Walmart más cercano en El
Paso, ciudad fronteriza entre el estado de Texas y México. La pareja iba a
comprar los útiles escolares de su niña e iban acompañados de su bebé de
apenas dos meses.
El
sábado prometía ser un día ocupado para los Anchondo. Su hija pronto iba a
cumplir 6 años, por lo que también necesitaban comprar decoraciones para
la fiesta. La familia y sus amigos estaban citados ese día no solo para la
celebración de la niña, sino también para estrenar la nueva casa que la pareja
había adquirido este mes.
Pero
mientras estaban haciendo sus compras, un joven blanco, de 21 años,
ingresó armado con un rifle de asalto y empezó a disparar contra la
gente de forma indiscriminada.
Y
así fue como Jordan y Andre perdieron su vida. Ambos fallecieron intentando
proteger a su bebé.
Gracias
al escudo que formaron alrededor del niño, este sobrevivió al tiroteo masivo
que dejó un saldo de al menos 22 muertos. El niño sufrió apenas lesiones leves
en sus dedos, provocadas probablemente por el peso del cuerpo de su madre al
caer sobre él.
Según
le contó a los medios Tito Anchondo, hermano mayor de Andre, el padre murió
tratando de proteger a su esposa e hijo de los disparos.
La
hermana de Jordan, Leta Jamrowski, le dijo a Associated Press que, debido a las
lesiones del bebé, Jordan murió protegiendo a su bebé.
"Él
vivió prácticamente porque ella dio su vida", dijo Jamrowski, de 19 años,
a la Associated Press.
De
acuerdo con el testimonio de los familiares, Jordan, la madre, estaba
sosteniendo al bebé en sus brazos cuando murió. Ella cayó sobre el niño
cuando se desplomó en el suelo, quebrándole algunos de los huesos de la mano
pero manteniéndolo vivo, dijo su hermana Leta.
La
noticia del fallecimiento de Jordan se supo el mismo sábado, mientras que la
muerte de Andre se confirmó el domingo.
Elizabeth
Terry, tía de la joven, le dijo a CNN que cuando sacaron al bebé de debajo
de su cuerpo, el niño estaba manchado con la sangre de su madre.
"¿Cómo
van los padres de compras a la escuela y luego mueren protegiendo a su bebé de
las balas?", Dijo Terry entre lágrimas.
Días
antes del tiroteo, Jordan y Andre acababan de celebrar su primer aniversario de
boda, dijo Tito a The Washington Post. El año pasado, los recién casados dieron
la bienvenida a su nuevo hijo al mundo, Paul, y Andre había renunciado al
negocio familiar de reparación de automóviles para comenzar uno propio, de
venta de piedra y granito para la construcción. Él mismo había construido la
casa de la familia, dijo Tito.
Jordan,
por su parte, se dedicaba a cuidar a sus niños.
Tito
Anchondo inició una campaña de GoFundme para
recaudar fondos para los hijos de las víctimas.
El
tiroteo de El Paso fue uno de los dos ataques ocurridos en menos de 24 horas en
Estados Unidos el fin de semana. Un hombre blanco de 21 años, armado con una
AK-47, mató a 22 personas, incluidos seis mexicanos, cerca de un supermercado
en esta ciudad texana, con 85% de su población de origen hispano ubicada
en la frontera con México.
Un
manifiesto, atribuido al tirador y que circulaba en Internet, denuncia
"una invasión hispana de Texas" y evoca los tiroteos que llevó a cabo
un supremacista blanco en mezquitas de Christchurch, Nueva Zelanda, el 15 de
marzo, con saldo de 51 muertos.
Trece
horas después del ataque de El Paso, un hombre blanco de 24 años sembró
terror en Dayton, Ohio, matando a nueve personas en menos de un minuto.