Los niños de una comunidad
indígena Sikuani y Amorúa, en Puerto Carreño, Vichada, se ven obligados a comer
basura para poder sobrevivir.
El medio informativo RCN
denunció la situación que ocurre desde hace más de un año en Vichada, donde
unos niños y sus familias esperan ansiosos el camión de basura para poder
comer.
El noticiero dio a conocer que
este desgarrador acontecimiento ya fue denunciado ante la defensoría del pueblo
y que, sin embargo, no se ha dado una solución para evitar que esto siga
ocurriendo.
La situación se conoció por un
equipo periodístico que encabezó Jairo Patiño, jefe de emisión de Noticias RCN,
cuando se trasladaron hasta la zona para verificar «las denuncias sobre la
presencia de niños» que se alimentan de la basura depositada en el basurero de
Puerto Carreño.
«En cumplimiento de nuestras
responsabilidades periodísticas dispusimos que un equipo de Noticias RCN,
encabezado por Jairo Patiño, director de informes especiales, fuera atender
unas denuncias sobre presencia de niños alimentándose en el basurero de Puerto
Carreño, en el Vichada. Lo que encontramos fue peor de lo que nos habían
dicho», explicó el director de Noticias RCN, Juan Lozano.
Cuando llegaron al lugar, los
periodistas se encontraron con algo peor de lo que les habían dicho. Además,
advirtió que la situación debe tener «acciones inmediatas», puesto que las
autoridades de la localidad ya tenían conocimiento de lo que estaba sucediendo
en los basureros de Puerto Carreño.
«A unas quejas de la
Defensoría del Pueblo y a una petición de Alcaldía y Gobernación hicieron
presencia más de 30 funcionarios del Gobierno Nacional y se creó un plan de
atención integral para esta población indígena, pero ese plan de atención no es
a corto ni a mediano, es a largo plazo. Necesitamos que nos ayuden, no tenemos
recursos suficientes», expresó por su lado, el alcalde de Puerto Carreño.
La imagen que más impacto
tuvo, se trata de un niño quien luego de rebuscar dentro de una bolsa encuentra
un plátano en mal estado y él se lo come como si fuera la comida más apetecible
que haya comido en su vida.
«La escena del niño está en
medio de otras que superan cualquier calificativo y pasan al terreno de lo
inverosímil. Personas que escarban en la basura, que buscan algo que les pueda
servir en esta montaña de desperdicios, moscas y olores, que comen cualquier
mendrugo que encuentran», describe el periodista mientras asegura que las
personas en el lugar son de familias indígenas colombo – venezolanas.