El sacerdote fue capturado en República Dominicana.
El sacerdote
colombiano Aleycer Vivas Ortiz fue enviado a tres meses de prisión preventiva
en la República Dominicana, bajo las acusaciones de violación sexual agravada
en perjuicio de una menor de tres años.
La prisión preventiva fue decretada en una audiencia en el Tribunal de Atención
Permanente de la provincia de San Cristóbal, al suroccidente de Santo
Domingo, donde fue arrestado el párroco quien también era director de una escuela donde estaba matriculada la niña.
El abogado de los padres de la
menor, Rudy Polanco,
aseguró la contundencia de las pruebas en contra del sacerdote, en
declaraciones a medios locales.
Mientras tanto, los abogados de defensa alegaron la inexistencia de elementos
suficientes para sustentar la acusación y calificaron como un
"exceso" la prisión preventiva.
Tras ser entrevistada por un equipo de especialistas y
pediatras del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes de San Cristóbal, la niña, de exactamente tres años y ocho
meses, fue sometida a un análisis mediante cámara Gesell, para comprobar
la presencia de traumas psicológicos.
Esta herramienta
tecnológica se usa para evitar o disminuir la revictimización y se
emplea en casos relacionados con delitos contra la libertad sexual, violencia
en razón de género, trata de personas, para protección de la víctima, sobre
todo, si es menor.
En la misma fiscalía, otra pareja se querelló este miércoles en contra del sacerdote,
denunciando un intento de
violación sexual a sus dos hijos, un varón de cuatro años y una hembra
de la misma edad, según informó la televisión de noticias CDN.
Vivas Ortíz, perteneciente a la
orden de los Agustinos Recoletos, fue suspendido por la Iglesia Católica por los supuestos
abusos sexuales cometidos contra la menor, según anunció la diócesis de Baní,
de la que dependía, el pasado domingo.
El religioso era
director desde el pasado febrero en la escuela parroquial Santa Rita, a
la que acudía la menor, cuya identidad no se ha revelado por motivos legales.
Mediante un comunicado,
el obispo de Baní, Víctor Masalles, pidió perdón en nombre de la
orden de los Agustinos Recoletos, de la diócesis y en el suyo.