La
iniciativa es de las madres de Soacha, un colectivo de 14 mujeres cuyos hijos
fueron asesinados por militares que los presentaron como guerrilleros muertos
en combate para aumentar las cifras de sus operaciones.
La
pandemia del coronavirus les impidió seguir escuchando a los implicados en el
asesinato de sus hijos. Sin embargo, mientras llega el momento de encararlos en
audiencia, las víctimas hallaron en las mascarillas un medio para que su causa
vaya de boca en boca preguntando quién dentro del Ejército ordenó matarlos.