El
primer sistema de salud de Brasil que colapsó por cuenta de la pandemia fue el
de Manaos, en el estado Amazonas. Eso pasó en abril. El alcalde Arthur
Virgilio Neto dice que “ya no estamos en estado de emergencia, sino en
absoluta calamidad”.
Manaos
ostenta el mayor índice de mortalidad de una ciudad de Brasil por coronavirus: 12.599
contagios y más de 1.000 muertos hasta el viernes pasado. Pero lo peor está
por llegar, según anticipó el alcalde de la ciudad, Arthur Virgilio Neto, quien
pronosticó que las infecciones podrían alcanzar su punto máximo a mediados de
mayo. Es decir, en este momento.
Manaos,
ubicada en el corazón de la Amazonia brasileña, es la capital del estado más
grande del país: Amazonas, tan extenso como Mongolia. Tiene cuatro
millones de habitantes, 185.000 de ellos indígenas, en 20 municipios, de los
cuales 90 % registran casos de contagio.
Manaos
es otro nivel: fue el primer lugar en donde colapsó el sistema sanitario y hoy
se está triplicando el número de muertos diarios. El promedio diario de muertos
en esa ciudad de 2,1 millones de habitantes pasó de 30 -antes de la pandemia- a
un centenar. En abril se registraron 2.435 funerales, un promedio de 80
por día, más de tres por hora. La ciudad cuenta solamente con seis carros
fúnebres para atender a la población más vulnerable.
Según
datos oficiales publicados en 2018, un 47,6 % de su población vive por debajo
de la línea de pobreza, con ingresos mensuales de aproximadamente 420 reales,
equivalente a US$77. Un 6,3 % de su población, cerca de 130.000 personas, viven
en condiciones de extrema pobreza, con ingresos mensuales de 145 reales, que
equivalen a US$26. Con su sistema hospitalario desbordado, un número de médicos
insuficientes, un dramático escenario de fosas comunes y una respuesta demorada
de Brasilia, Manaos está pasando difíciles momentos.