El presidente de Rusia, Vladímir Putin, sacó pecho este martes ante la ONU por el rápido desarrollo en su país de una vacuna contra el coronavirus y se la ofreció de forma gratuita a la organización para que proteja a todos sus empleados.
En su
mensaje en video a la Asamblea General, Putin apuntó que su Gobierno está listo
para ofrecer a Naciones Unidas toda la asistencia necesaria, lo que incluye
vacunación gratis para todo el personal que lo desee.
También dijo
que su país está abierto a suministrar a otras naciones la denominada
"Spútnik V", que según destacó se ha demostrado "segura" y
"efectiva".
Putin
insistió en que los ciudadanos de todo el mundo deberían tener acceso gratuito
a una vacuna contra la covid-19 y subrayó también la voluntad del Kremlin de
trabajar con otros Gobiernos para compartir métodos de diagnóstico y de
tratamiento de la enfermedad.
Además, en
contraste con Estados Unidos, defendió que la Organización Mundial de la Salud
(OMS) debe tener un papel central a la hora de coordinar la respuesta y dijo
que Rusia está trabajando para reforzar la capacidad de la entidad con sede en
Ginebra.
Por otra
parte, Putin advirtió de los efectos económicos a largo plazo que va a tener la
actual crisis y defendió la necesidad de que toda la comunidad internacional
trabaje junta para impulsar el crecimiento.
En ese
contexto, subrayó la importancia de eliminar barreras, restricciones y, sobre
todo, "sanciones ilegítimas" en el comercio internacional. En el
ámbito geopolítico y militar, el líder ruso aseguró que quiere cooperar con
Estados Unidos para extender el tratado de reducción de armas estratégicas y
confió en que haya "moderación" a la hora de desplegar nuevos
sistemas de misiles.
También
reiteró su interés en un tratado vinculante para prohibir las armas en el
espacio exterior y apostó por más cooperación en materia de ciberseguridad.
Coincidiendo
con el 75 aniversario de Naciones Unidas, Putin defendió la labor de la
organización y, aunque reconoció que es necesario adaptarla a la realidad del
siglo XXI, dejó claro que su país se opone a grandes cambios en el Consejo de
Seguridad, donde es uno de los cinco miembros permanentes y goza de poder de
veto.
Según dijo,
para que el Consejo siga siendo el "pilar de la gobernanza global" es
fundamental que esos cinco países, potencias nucleares y vencedores de la II
Guerra Mundial, conserven el privilegio del veto.