Georgia Bradley una atractiva mujer británica de 25 años de edad, vivió uno de los episodios más angustiantes de toda su vida, que seguramente hubiera acabado en un hecho lamentable de no ser por la intervención oportuna y heroica de un angelito que, sin ella saberlo, la cuidaba a la distancia.
Ella había
decidido tomarse unas vacaciones muy esperadas en Grecia. Había ahorrado por
largo tiempo y al fin había llegado el día de poder hacer realidad su viaje.
Una noche
mientras estaba en el hotel se vio tentada a salir a la playa aledaña, no vio
ningún problema en pasear un rato sola.
Al cabo de
unos minutos, notó que dos hombres la estaban siguiendo y pronto la alcanzaron.
Ellos de
manera molesta e insistente le pedían que los acompañara a tomar una copa, a lo
que Georgia respondía una y otra vez que no deseaba ir con ellos y que por
favor la dejaran de seguir.
Uno de los
hombres la tomó fuertemente del brazo y en ese momento ella supo que las cosas
se iban a poner feas.
Había
decidido dar un paseo por la playa, cuando de repente dos griegos comenzaron a
acosarme pidiéndome que fuera con ellos a tomarme una copa a un bar. Les dije
repetidamente que no quería irme con ellos y que no me siguieran y entonces uno
de ellos me tomó de un brazo y yo no sabía que era lo que iba a ocurrir. Estaba
sola y me encontré muy asustada ante una situación muy incómoda. – Relató
recientemente.
Cuando ambos
hombres se disponían a sujetarla, de la nada apareció una perrita ladrando
ferozmente, sin dudarlo se abalanzó sobre los dos acosadores, mordió sus
tobillos y ellos absolutamente sorprendidos y tal vez preocupados por el
escándalo de los ladridos, decidieron huir del lugar.
Georgia no
lo podía creer, le costó tiempo entender lo que acababa de suceder. La perrita
se acercó a ella y lamió sus manos tiernamente.
La mujer
regresó rápidamente al hotel y la perrita la siguió, ella preguntó si alguien
sabía sobre el dueño del animal, pero nadie dio razón.
En los días siguiente cuando salía del hotel la perrita la seguía y ella la alimentaba. Una vez sus vacaciones acabaron Georgia decidió que dejarla en la calle era muy triste y la llevo a un refugio. La perrita lloraba al ver a la mujer alejarse.
Una vez de vuelta en Inglaterra, Georgia no pudo dejar de pensar en el animalito y en cuanto le debía por haberla salvado. Decidió volver a gracia y hacer todos los tramites que le pedían para poder adoptarla.
Al cabo de
unos días, ambas estaban volando de regreso a casa.
Cuando
llegaron la mujer se enteró que la perrita estaba embarazada y un mes después
se vio rodeada de seis cachorros. A todos les buscó hogar y se quedó con su
heroína para cuidarla como ella lo hizo en aquella playa.
Fuente:
PetFinder,