En términos
de manejo de residuos sólidos, Colombia ha hecho grandes avances. Según la
Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, en 25 años, Colombia dio
un gran salto en recolección de residuos sólidos, pasando del 60 por ciento en
1993 al 82 por ciento en 2019. Aunque la Encuesta Nacional de Calidad de Vida
muestra una gran brecha entre lo urbano y lo rural aún se siente una gran
diferencia: 98,5 por ciento en las cabeceras municipales y 27,7 por ciento en
los centros poblados y rurales.
En el país,
recoger y dar una correcta disposición a 11,6 millones de toneladas de residuos
sólidos en un año, ha implicado una transformación del servicio público
domiciliario de aseo, en lo técnico, regulación, políticas y especialmente en
cultura ciudadana.
Soluciones
Bio
Otro de los
proyectos que la SuperServicios destaca en el país es el relleno Sanitario de
Biorgánicos del Sur del Huila, ubicado en el municipio de Pitalito. Allí hay
una planta de tratamiento de residuos sólidos, cuyo funcionamiento se debe a
que los usuarios realizan la separación de los desechos antes de entregárselos
a la empresa recolectora. La labor hecha por los ciudadanos evita la
contaminación de los materiales y reduce la producción de lixiviados y gases.
Según la empresa, ese logro se debe al programa implementado por la
Gobernación, denominado “Huila sin basuras”, que creó cultura ambiental en sus
habitantes.
En la
planta, los operarios clasifican los desechos en orgánicos aprovechables,
inorgánicos aprovechables e inservibles. Los residuos inorgánicos aprovechables
son clasificados según el material, compactados y apilados para
comercializarlos, mientras que los residuos orgánicos aprovechables se utilizan
para hacer compostaje. El proceso comienza con la separación de estos residuos
de sus empaques en un thromel. Después ingresan a la planta de compostaje en
donde maduran y se fermentan para luego ser molidos y comercializados.
Cultura
ciudadana
En la actividad de aprovechamiento se ha evidenciado la implementación de actividades que se han catalogado como buenas prácticas enfocadas en tres pilares fundamentalmente: prestación del servicio, prácticas ambientales y prácticas sociales.
Fuente: Revista Semana