A Lucio Chiquito nunca le quedó grande estudiar. De hecho, a sus 104 años de edad, está esperando los resultados de la evaluación de su tesis para graduarse como doctor de la Universidad Mánchester.
Para él, la
pereza no existe. “Les puedo decir es que, si yo puedo a mis 104, ellos también,
hay que mantenerse activos, hace días publiqué en mis redes una foto donde
menciono lo importante que es para mí estar activo, es lo que te hace querer
vivir más”, comenta sobre su pasión por el estudio y como mensaje para los más
jóvenes.
Chiquito es
caleño. Allá nació un 22 de mayo de 1916, pero su corazón está en Medellín, en
donde vive actualmente con su familia y donde desarrolló su carrera. De hecho, fue
uno de los fundadores de EPM en 1955, de Camacol en 1958, de Integral en 1955,
de la Escuela de Ingeniería de Antioquia en 1978 (hoy Universidad EIA) y de
Sedic en 1955.
En la
capital antioqueña estudió ingeniería civil en la Universidad Nacional de
Colombia sede Medellín, en la afamada Facultad de Minas que por la época era el
centro principal de formación de ingenieros en Antioquia.
“Estuve muy
solo y muy estrecho económicamente. Me gané una beca a través de la Gobernación
del Valle, durante 6 años de carrera, la beca era por 25 pesos mensuales”,
recuerda.
A los dos
años de haber terminado y obtenido su título como ingeniero, se enteró de una
convocatoria del Gobierno inglés. Se trataba de becas en Inglaterra. “Resulté
favorecido entre 28 aspirantes y viajé desde New York a Inglaterra en un Comboy
de 184 barcos que gastó 21 días, en plena guerra mundial, cruzando el
Atlántico”.
Estudiar una
maestría en la Universidad de Manchester en tiempos de guerra fue retador. “Fue
una época de mucha escasez de cosas esenciales de la vida diaria, especialmente
el racionamiento en la comida y la ropa para los cambios de estaciones, en
invierno especialmente”, recuerda.
Luego de su
regreso de Manchester arrancó su prolífica carrera como profesional y su primer
trabajo fue por un año, en la central de construcción del río Anchicayá en la
vía Cali – Buenaventura.
“Estando
allá, me llamó el gerente de la segunda sección de Empresas Públicas de
Medellín, el doctor Juan Guillermo Restrepo Jaramillo. Me nombró ingeniero jefe
de la sección y con una misión especial, la de estudiar el diseño y la
construcción de la represa de Piedras Blancas para suministrar agua a la ciudad
de Medellín y todas las obras necesarias para incrementar el suministro de agua
para la ciudad”, cuenta.
Desde ahí
empezó una carrera en ascenso como ingeniero, empresario y docente.
“Fui docente
16 años, entonces a mis colegas les digo que antes de ser profesor se debe
conocer a los discípulos desde el punto de vista humano, sus necesidades, sus
sueños, a qué aspiran para poderlos orientar. Entonces un profesor no es aquel
que enseña una asignatura, sino el que le llega al corazón a sus estudiantes
sin dejar de exigirles”, dice con firmeza.
Así como fue
docente, ama ser estudiante por eso, lo que para muchos sería el ocaso con la
vejez, las arrugas y el pelo pintado de canas, para él era una manera de vivir.
Así es como arrancó sus estudios de doctorado, también en la Universidad de
Mánchester.
Su tesis,
que le arrebató gran tiempo, es sobre el “punto óptimo de la utilización del
agua de un río”, en palabras sencillas, pero es más complejo.
“Es un
problema que no ha tenido hasta ahora solución matemática precisa y yo
considero que la encontré y ya está a consideración de la ingeniería mundial a
través de la Universidad de Manchester, donde me gradué con un Master en
Ciencia y Tecnología”, cuenta con orgullo.
Mientras
llegan los resultados de su tesis para optar al doctorado, Lucio Chiquito
dedica sus días a leer, meditar, descansar y caminar de vez en cuando,
disfrutar de su familia en la que hay seis hijos, 12 nietos y ocho bisnietos.
“Mis nietos
me abrieron un perfil en redes sociales (su perfil en Instagram es
luciochiquito104) y me entretengo muchísimo leyendo los mensajes tan especiales
que recibo, sigo aprendiendo cositas de este nuevo mundo”, dice.
Fuente: EL
TIEMPO