El Ártico
era una de las zonas del mundo con el agujero en la capa de ozono
estratosférica más grande, pero en las últimas semanas, debido a una ola de
calor, este se cerró, según afirmó en su cuenta de Twitter el Servicio de
Monitoreo de Atmósfera Copernicus.
De esta
forma, la capa de ozono va camino a su recuperación total. Aunque varios
creyeron que se trató de una consecuencia positiva de la pandemia del
coronavirus por la que se redujo la contaminación mundial la buena noticia se
relaciona a la anormal ola de calor que invadió al Polo Norte.
"El
vórtice polar se dividió, permitiendo la irrupción de aire rico en ozono en el
Ártico, un ciclón persistente a gran escala en la zona ubicado en la media y
alta troposfera y la estratosfera", explicaron desde Copernicus y
añadieron que si bien el vórtice polar aún no llegó a su fin y se reformará en
los próximos días, los valores de ozono no volverán a los niveles muy bajos
vistos a principios de abril.
El agujero de
más de un millón de kilómetros cuadrados en la capa que proteje a la Tierra de
las radiaciones ultravioletas se descubrió a fines de marzo. En abril, la
Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) confirmó su existencia
empleando datos del satélite Sentinel-5P de Copernicus.
Los
científicos adjudican su formación a unas condiciones atmosféricas poco
habituales en la estratosfera, inusualmente gélidas que hicieron que se abra
este agujero en la capa de ozono estratosférico sobre el Ártico esta primavera.