El abogado de
Paul Naranjo, manifestó que el joven de 29 años está dispuesto a “contar toda
la verdad” sobre lo sucedido en la madrugada del 4 de marzo en Bogotá.
El hombre,
sobre quien pesa una orden de captura, es buscado por las autoridades desde
hace varios meses para que esclarezca si tuvo participación en la muerte de la
universitaria de 21 años, Ana María Castro.
Por ahora Naranjo,
no ha dado la cara personalmente, pero a través de su defensor comunicó su
intención de entregarse a las autoridades.
El ente
investigador insiste en la hipótesis de que la joven fue lanzada desde un carro
en movimiento, una camioneta Kia negra propiedad de Naranjo y que él conducía
la noche de los hechos, junto con Ortegón de copiloto. Los dos sostienen que
por su ubicación en el carro no pudieron lanzar a la joven.
En ese
sentido, el sindicado afirma que él dejó a Ana María sobre la calle 80 con
carrera 69 en compañía de otro hombre.
Esa persona es
Mateo Reyes, el tercer hombre que iba en el carro con la víctima y que entregó
una versión diferente para explicar las heridas de la joven y que apuntan la
responsabilidad hacia Naranjo.
Reyes dijo en
su testimonio que después de bajarse, ella se enredó en el vehículo cuando este
arrancó a gran velocidad y se golpeó la cabeza. Ese relato lo está utilizando
la Fiscalía como prueba contra Naranjo y Ortegón; mientras que Reyes, por
ahora, no tiene ningún requerimiento judicial, pese a que fue él quien la vio
por última vez con vida y llamó al 123 para pedir ayuda.
Sobre los
otros presuntamente implicados, Julián Ortegón fue enviado a la cárcel e
imputado por el delito de feminicidio.