Los delincuentes están aprovechando estas demoras y el alto
flujo de pedidos para enviar falsos comprobantes y que su pedido sea
despachado.
"Los clientes deben enviar la captura de pantalla que
genera la aplicación del banco cuando se realiza la transferencia para que los
cajeros tengan el soporte del pago y muchas veces los restaurantes no se
percatan de que efectivamente ese dinero entró", indica una fuente que
trabaja en el sector gastronómico.
"Los comprobantes son alterados con Photoshop (un
programa para editar fotos) y le modifican la cuenta del restaurante, los
horarios, las fechas y el valor total de la cuenta, y como muchas veces están
con varios pedidos entonces no se percatan de cada una de las
transferencias", dice la fuente.
Los montos de las cuentas están entre los 80.000 pesos y
120.000 pesos.
El modus operandi de estos delincuentes para recibir el
pedido sin levantar sospecha consiste en dar una dirección que no sea la de una
vivienda exacta, "Cuando los domiciliarios los llaman a decirles que están
perdidos, se inventan que los esperan en ‘tal cancha, en tal parque o en tal
semáforo’ y siempre hay alguien esperando al domiciliario y los números de
celular los apagan una vez reciben el pedido", relata el trabajador del
sector gastronómico.
Finalmente, el dinero de la supuesta transferencia nunca
entra y los delincuentes comen gratis.
Tomado de: El tiempo