En Barquisimeto, una ciudad agroindustrial que se ubica a cinco horas de Caracas, capital de Venezuela, vive Samuel Andrés Mendoza junto con su madre y sus dos hermanos.
A finales de
enero, Samuel, de 14 años, creó una cuenta de Twitter a escondidas de su madre
e hizo un trino pidiendo ayuda para apoyar económicamente a su familia. Adjunto
subió unas cuantas fotos de sus dibujos y afirmó que vendía cada uno a un
dólar.
“Hola, soy Samuel. Vendo mis dibujos a un
dólar para ayudar a mi mama con mi dieta, comprarle una casa y una bodega para
que no trabaje en la calle y se enferme de covid y comprarme una mantequilla de
maní para mí, gracias señor y señora”, escribió en la publicación.
Su tuit se
hizo viral y ya cuenta con más de 18 mil ‘me gusta’, 12 mil retuits y 640
comentarios.
Según la
agencia de noticias ‘Associated Press’, en el 2019, Samuel emigró a Colombia
junto con su madre, Magdalena Rodríguez.
Por
desgracia, meses después, ambos tuvieron que regresar a Venezuela debido a que
Magdalena perdió su empleo y sus compatriotas cercanos empezaron a ser
discriminados, luego de que un grupo de inmigrantes robara una tienda.
Desde su
retorno, Magdalena ha luchado por mantener a su familia y, sobre todo, tener
suficiente comida para Samuel, ya que el joven sufre de desnutrición y necesita
una dieta estricta de seis comidas al día: desayuno, almuerzo, cena y un
refrigerio entre cada una.
A este
percance se le suma que Samuel sufre de síndrome de Asperger, lo que provoca
que padezca de ansiedad y trate de buscar refugio en la comida.
Teniendo
todo esto en cuenta, el joven decidió generar ganancias a partir de sus
dibujos, una pasión que tiene desde los cinco años. ‘Associated Press’ también
manifestó que Samuel quiere comprarle una casa a su madre para tener una
habitación más espaciosa.
El artista y
muralista venezolano Oscar Olivares, que dirige una academia de arte, vio los
dibujos de Samuel y le otorgó una beca para estudiar dibujo. El joven también
ha recibido un portátil, juegos de lápices de colores y mantequilla de maní,
una buena fuente de proteínas.
Antes de su
tuit viral, Magdalena había usado su propia cuenta de Twitter para solicitar
trabajo. Gracias a ello, logró obtener un empleo de limpieza y abrió una cuenta
en línea de recaudación de fondos.
Tiempo
después, descubrió el nuevo trabajo de Samuel gracias a que su hijo le pidió
información de la cuenta para que pudieran consignarle. Algunos de sus clientes
le han llegado a pedir hasta diez dibujos a la vez.
Al
adolescente de 14 años le gustan los personajes de anime, aunque también ha
dibujado a Cristiano Ronaldo, Bob Esponja y todo lo que el cliente desee.
Con el
dinero, Magdalena ha logrado adquirir productos para vender en un pequeño
puesto de bocadillos en el centro de Barquisimeto. También, ha comprado dólares
para protegerse de la continua devaluación del bolívar, la moneda de Venezuela.
“Orgullosa
de él, de verdad, no tengo palabras. Pero, a veces siento rabia, siento
impotencia, porque creo que a su edad él tiene que estar aprendiendo,
estudiando y no queriendo trabajar”, expresó Magdalena.
Venezuela
está sumida en una profunda crisis política, social y económica. El país está
en su sexto año de recesión y sus ciudadanos están lidiando con altos precios
en los alimentos, bajos salarios e inflación, lo que lleva a millones a vivir en
la pobreza.