Una joven de apenas 22 años contó el calvario vivido tras un
insólito error en una sala de cirugía: le dejaron una gasa en el cuello luego
de operarla y la sometieron a largos tratamientos de quimioterapia y
radioterapia.
Aunque inicialmente a Ariadna Caballero le dijeron que la
cirugía de un linfoma de Hodgkin, realizada en 2019, había sido todo un éxito,
pronto un prominente bulto en el cuello hizo que aumentaran los ciclos
previstos del tratamiento con químicos y radiación.
“Pasé por seis ciclos dobles, pero luego decidieron darme
más, ya que el bulto en el cuello no se reducía. Luego estuve también yendo al
hospital para sesiones de radioterapia durante dos meses”, le contó la joven al
diario El Mundo de España.
Luego de varios procedimientos, un otorrino decidió intervenirla
de nuevo debido a que el supuesto tumor no remitía. Aunque esto le causó
malestar, fue necesario para hallar el origen del “bulto”.
“Pensaban que el cáncer se había reproducido, ya que la
hinchazón había crecido varios milímetros. Me disgusté mucho. Otra anestesia,
otra cirugía, otros días de intranquilidad para toda mi familia y para mí y
encima me dijeron que tenía darme más quimio después de lo que ya me pasó”,
relató.
Ya en la sala de operaciones, los encargados no tuvieron sino
que abrir su cuello para descubrir un cuerpo extraño amarillento, de unos cinco
milímetros, según el informe médico: no era un tumor en crecimiento sino una
esponja olvidada en el procedimiento anterior. Le había causado, además, un
quiste.
Ariadna Caballero, que en medio del largo tratamiento
padecido perdió su trabajo, señaló que ya tiene preparada la denuncia judicial
contra el Hospital público del Henares de Coslada, dependiente de la Comunidad
de Madrid.