En el municipio de Santa Ana, departamento del Magdalena, vive 6, el joven con el nombre más corto en Colombia, y su particular familia, compuesta por sus dos padres y una hermana.
“No me
gustan los nombres comunes, triviales, y siempre he pensado que el mundo hay que
mirarlo desde una óptica distinta a como lo ve todo el mundo”, comentó Rafael
Medina, el orgulloso padre de 6.
Contó que
con su decisión quiso romper el patrón de poner los nombres de los ancestros,
aunque respeta a la familia y la cultura. También explicó cómo y por qué logró
que 6 llevara primero el apellido de su mamá, Martínez.
En la
exposición de motivos al notario, “le dije: por los nueve meses de embarazo,
por las orinadas, defecadas, los trasnochos, y que el tiempo que los niños
están con la mamá”.
Sobre el
nombre de su hijo, Rafael recordó que los funcionarios de registro se
asombraron cuando les dijeron que sería 6: “Es la primera vez que se registra
un ser humano con un número, porque eso se le coloca es a las vacas, a los
semovientes”. Y el número lo eligió porque era su sexto descendiente.
El nombre de
6, dicen, les ha causado desde siempre problemas para toda clase de registros.
Entre otras, porque muchos sistemas tecnológicos no admiten números sino
grafías.
“Siempre ha
sido un poco difícil, sobre todo por los amigos y la mamadera de gallo, pero
uno siempre se ha sabido desenvolver”, señaló 6 Martínez Medina sobre su día a
día con ese peculiar nombre.
6, el joven
con el nombre más corto de Colombia, no tiene intenciones de cambiarlo.
Por su
parte, Emilia Martínez Alfaro, la mamá de 6, reveló que cuando se casó con
Rafael acordaron que los nombres de sus hijos comenzarían con la letra M, para
que “combinara” con los apellidos. De ahí el también particular nombre de su
otra hija.
“Ella nació
a las 12 del día y se le colocó Meridiana. Lleva las cuatro M, se llama
Meridiana Marfael Martínez Medina”, indicó Emilia.
Sobre 6,
indicó que como llegó al mundo por la época del atentado terrorista contra las
torres gemelas en Estados Unidos, cuando a Rafael se le ocurrió el número, la
asombró, pero prefería “colocarle el 6 y no Osama”, como llegaron a pensarlo.
Fuente:
Noticias Caracol