Una historia particular se presentó el pasado domingo 24 de octubre cuando un hombre de nacionalidad albanesa, aún sin identificar, se acercó a una comisaría en Tívoli, Italia, a exigir que fuera llevado a prisión debido a que no soportaba la convivencia con su esposa.
El hombre de 30 años, se encontraba actualmente bajo
arresto domiciliario, por lo que la ley le impedía salir de su hogar mientras
cumplía su condena, sin embargo, habría preferido la cárcel antes de seguir
compartiendo tiempo de calidad con su mujer.
"Ya no puede hacer frente a la convivencia
forzosa junto a su esposa", dice el comunicado oficial del cuerpo de
Carabinieros de Tívoli.
"Exasperado por esta situación, el detenido en su
casa prefirió 'fugarse' y presentarse de manera espontánea a las autoridades
para implorarles poder cumplir su condena entre rejas", prosigue el texto.
El hombre ha estado durante varios meses bajo arresto
domiciliario por delitos vinculados con la droga y debía permanecer en esta
situación durante varios años, indicó a la AFP el capitán Francesco Giacomo
Ferrante, del cuerpo de carabineros de Tívoli.
"Vivía en su casa junto a su esposa y familia.
Las cosas no iban bien", mencionó Giacomo.
“Escuche, mi vida familiar se ha convertido en un
infierno, ya no puedo más, prefiero ir a la prisión", expresó el hombre
arrestado.
Según versiones de medios locales, el hombre se habría
quitado el brazalete de geolocalización y se habría presentado ante las
autoridades con el dispositivo en mano y suplicando ser llevado a un centro
penitenciario.
Finalmente, el individuo logró su objetivo, puesto que
fue detenido de forma inmediata por violar su arresto domiciliario, y las
autoridades judiciales decidieron que fuera trasladado a una prisión.
Fuente: EL TIEMPO