Si hubo un personaje no protagonista que se ganó el cariño de los televidentes en Pasión de Gavilanes fue el de Leandro Santos, interpretado por el actor Sebastián Boscán. Para el artista, de larga trayectoria, fue el papel que lo hizo popular, pero a la vez trajo consigo cierto encasillamiento mencionado por el actor en entrevistas cuando le preguntaban por los papeles de su vida.
La carrera de Boscán, cuya muerte a causa de un cáncer
se dio a conocer este lunes, fue en ascenso al llegar este siglo. Su primer
papel en televisión lo hizo en la comedia Vuelo secreto, de la que salió
pronto.
Sin embargo, antes de llegar a la televisión, Boscán
había estudiado arte dramático en el Roxbury Community College, en Boston
(Estados Unidos) y luego estuvo cuatro años en el Actors Workshop, además de
diversos talleres en Colombia y numerosos montajes.
Cuando Leandro Santos llegó a cambiarle la vida en
Pasión de Gavilanes, Boscán trabajaba a la par en El auténtico Rodrigo Leal.
Pero el personaje de Leandro creció tanto que tocó reducir su participación en
la otra producción.
El actor, nacido un 4 de marzo de 1970 con el nombre
de Leonardo Zapata -Sebastián Boscán era su nombre artístico-, también actuó en
la serie El General Naranjo, en la que hizo el papel de, el coronel Bastidas, y
en Escobar El Patrón del Mal hizo el papel de una de las víctimas del avión de
Avianca.
Por otro lado, en su perfil de Instagram, el actor se
definía como "papá de Lorenzo, ciudadano del mundo, actor de teatro, cine
y televisión, amante del vino y la buena cocina".
La noticia de su fallecimiento fue confirmada por el
periodista Carlos Ochoa, quien también anunció que sus exequias serán hoy, a
las 5 p.m., en la capilla del Cementerio Jardines Montesacro, en Itagüí
(Antioquia).
Hace algún tiempo, luego de su regreso a Medellín,
empezó a sentirse mal y tras una visita al médico fue operado. En ese momento,
les dijo a sus seguidores en redes sociales que tenía problemas de cálculos en
la vesícula, el hígado y los riñones.
El 21 de noviembre pasado fue la operación y hubo otro
anuncio por parte del actor: no haber podido grabar un trabajo.
“Quiero contarles que estaba en un proyecto muy bonito
con una campaña con una productora que se llama Akira, y nada, me tocó dejar el
proyecto tirado, cosa que nunca he hecho en mi vida. Tengo unas molestias, unas
complicaciones de salud, que me han venido trayendo a la clínica
consecutivamente, y ahorita fue la tapa de la olla y fui a grabar y no di
físicamente, no pude, quedé tirado en el piso, con escalofríos, con temblor,
con dolor corporal, casi que estaba perdiendo el sentido”, escribió.
Además, el año pasado también tuvo covid-19 y su
recuperación fue lenta.
Aunque no se había confirmado su participación en la
segunda parte de 'Pasión de gavilanes', sus seguidores lo querían ahí, como un
Leandro más maduro e insistían en redes que participara.
Luego de participar en 'La venganza' y 'El auténtico
Rodrigo Leal', llegó su personaje más recordado: el de Leandro Santos.
Boscán contó, que por primera vez se sentía a gusto
con una caracterización e incluso se veía cada noche. Además, aunque se trataba
de un personaje de reparto, lo hizo crecer.
“Eso se logra con un trabajo serio. Mucha gente en la
televisión es negligente con la creación del personaje. Yo los armo con la
misma responsabilidad que uso en el teatro, aunque con diferente técnica. En
teatro uno puede valerse de técnicas como la de Stanislavski (que apela al
mundo emocional y a los recuerdos para crear), pero en televisión construyo más
desde afuera, con un traje y asumiendo una actitud, para empezar”, comentó.
Su Leandro, por ejemplo, era un amante de la ópera y
del piano, géneros que no eran cercanos a Boscán. “Pero aprendí a oír ópera por
él y eso se fue notando en el personaje”, dijo.
Recordó en esa entrevista cómo fue su audición para
Leandro, en la que se centró “en detalles sutiles como la mirada” y aunque
luego fue más amanerado, esto se hizo por petición de la producción, con el fin
de darle aire a una novela llena de las tragedias de las hermanas Elizondo y
los hermanos Reyes, que llevaban la carga dramática.
Aunque Leandro es su personaje más famoso, logró la
admiración del público en papeles posteriores como el de Gabriel Ávila en El
estilista, un protagónico cargado de contenido dramático que relata el drama de
un secuestrado, por el que fue nominado al Premio India Catalina en la
categoría de 'Mejor actor de telenovela' en el 2015.
Y mientras grababa esa producción del 2014, sintió de
alguna manera lo que sufrían los plagiados día tras día: fue ‘encadenado’ por
horas, durante varios días, a distintos árboles, para hacer las escenas más
fuertes.
“A este árbol, al otro, al de más allá. Y caminando
mucho durante las grabaciones para mostrar cómo se movían a los plagiados por
la selva. Eran como 12 horas diarias en esas. Entonces, uno se pregunta, con esa
sensación, cómo puede ser la vida de esta gente a la que se llevan de su
mundo”, indicó
Esta producción tuvo libretos de Nubia Barreto, una
serie que la creadora consideraba “triste” por todo lo que tenía dentro: las
historias de varios secuestrados, las pérdidas, el dolor.
Y Boscán, nieto de un desplazado, decía que lo mejor
de su personaje “es que nunca agachó la cabeza”. Su estilista, contaba,
sobrevivió cortándoles el pelo y arreglando las barbas de los guerrilleros,
momentos que aprovechaba para saber dónde estaban, en qué andaba la guerrilla,
qué ríos y carreteras estaban cerca, siempre pensando en escaparse.
Por otro lado, en La Ley del corazón hizo el papel de
Alejandro Santana, protagonista de uno de los casos del bufete de abogados,
personaje que en la trama estaba a punto de lograr el crimen perfecto.