Entre lágrimas, con la voz entrecortada y el dolor de recordar lo que sucedió, Sixto Charry Sánchez narró el aberrante episodio del que fue víctima, cuando dos jóvenes, reconocidos en el corregimiento de Guacirco, lo abusaron sexualmente en su propia casa. Aquí, detalles del escalofriante relato del adulto mayor que decidió no seguir guardando silencio.
Las huellas de la aberración no solo quedaron en el cuerpo de
Sixto Charry Sánchez, de 77 años de edad, sino en el alma de este humilde
campesino, que fue víctima de una violenta agresión sexual por cuenta de dos
jóvenes, residentes en el corregimiento de Guacirco, zona rural de Neiva.
Recordar lo sucedido, es devolverlo en carne propia a aquel 2
de febrero del presente año, cuando en horas de la madrugada, los agresores
además de golpearlo lo ataron de manos, le proporcionaron al parecer una sustancia
para hacerle perder el sentido, lo trasladaron hasta su vivienda, y allí
consumaron el hecho.
“Recordar lo que pasó, es como cerrar los ojos y vivirlo de
nuevo, fue algo tan horrible que así quisiera no pensarlo, es algo con lo que
debo convivir diariamente; además, del rechazo social, del señalamiento y de
todo lo que pueda comentar la gente, que principalmente ese señalamiento fue lo
que me mantuvo callado hasta hoy que he decidido no guardar más silencio”,
indicó la víctima.
Para el día de los hechos, el longevo hombre se encontraba a
varios kilómetros de su vivienda, luego de ser invitado por un allegado a
departir algunas cervezas, según el escalofriante relato del anciano, una vez
iba a retornar a su casa, inició su calvario.
“Iba caminando, pasé por un callejón porque yo vivo en una
habitación y queda por un callejón, en el trayecto me encontré a dos muchachos,
del pueblo, conocidos, jóvenes residentes en Guacirco, que jamás me imaginé
pudiera hacer algo así (..) de repente me tomaron por la fuerza, uno me cogió
de las manos y el otro seguía instrucciones, en medio del forcejeo me colocaron
un trapo mojado en la cara, la intención era en la nariz, pero yo me moví mucho
y terminaron colocando el trapo en los ojos, yo perdí la vista por algunos
minutos, empecé a ver todo oscuro, me dolió la cabeza, y me sentía
desorientado; prácticamente a rastras me llevaron hasta mi casa, que estaba muy
cerquita, me sacaron las llaves del pantalón y entramos, me tiraron en la cama,
yo tenía las manos atadas y a uno de ellos encima de mí ejerciendo presión.
Minutos más tarde, el otro me bajó los pantalones y me abusó, entre gritos,
suplicas de auxilio y clamor, les pedía no lo hicieran, les pedía me soltaran,
pero ese muchacho terminó lo suyo (…) y cuando ya abusó sexualmente de mí, se
quitó, como pude me solté de una mano y encima de la mesa de noche mía hay un
cuchillo e intenté tomarlo, ellos al ver eso, salieron corriendo, porque mi
intención fue matarlos”, narró entre lágrimas el afectado.
Los agresores lograron escapar del sitio, la vivienda por su
ubicación está distante de otras residencias, por lo que muy posiblemente nadie
logró escuchar a Sixto que desesperadamente pedía ayuda.
El anciano por temor al señalamiento social, no informó
inmediatamente nada, prefirió afrontar la situación solo, guardar silencio y
evitar ser juzgado; sin embargo, al día siguiente el dolor físico y emocional
no le permitió seguir en silencio y buscó ayuda, logrando así llegar hasta un centro
asistencial, donde según él fue valorado por el personal médico y luego apoyado
por la Inspectora de Policía, colocó la respectiva denuncia, pero a la fecha
nada ha pasado.
“La Inspectora me acompañó, fuimos hasta la Estación de
Policía y allá me interrogaron, luego nos desplazamos hasta Neiva y también
dejamos en evidencia lo ocurrido, relaté los hechos, conté lo que pasó, pero un
mes después no ha habido solución ni respuesta de nada, esos hombres siguen en
el pueblo como si nada hubiera pasado, a lo mejor cuando hay más víctimas”,
agregó el adulto.
Al parecer, pese a la denuncia y el ya conocimiento de las
autoridades frente a lo ocurrido, no hay respuesta alguna, los presuntos
implicados permanecen aún en el corregimiento, recorriendo las mismas calles
que transita la víctima y a lo mejor acechando a otras personas que por temor o
represalias contra sus vidas, prefieren guardar silencio.
Actualmente el señor Sixto, libra no solo el tormento de los
recuerdos amargos de esa noche, sino el señalamiento que algunos inescrupulosos
hacen a voces en la región. Solo espera haya justicia y que más personas no
sean víctimas de este aberrante episodio que además de dejar huella en su
cuerpo, también las deja en el alma.
“Las secuelas que deja un abuso sexual en un adulto mayor
repercuten casi de inmediato; en la soledad, en la conducta que adoptan luego
del hecho, pero sobre todo en sentimientos suicidas, hay estudios que indican
que un adulto mayor abuso es mucho más propenso para atentar contra su vida.
Estas acciones son reprochables”, informó Daniela Díaz Blandón, psicóloga
clínica.
Frente a lo sucedido, se consultó con el coronel Diego
Vásquez, comandante de la Policía Metropolitana de Neiva, quien informó que la
situación aún no es de su conocimiento, pero que se investigará el hecho.
El 30 de diciembre de 2020, en la vereda San Jorge del
corregimiento Guacirco, en Neiva, fue sacudida por la acción violenta de un
grupo de delincuentes jóvenes que asesinaron a piedra a un campesino y no
contentos con esto abusaron sexualmente de su nuera delante de la familia.
Además, amordazaron y maniataron a varios de los integrantes
de la casa y les robaron dinero en efectivo, entre otras pertenencias.
Los responsables, meses después fueron detenidos, se trataba
de tres jóvenes, residentes en la misma zona y quienes al parecer estarían
relacionados con otras acciones similares.
Tomado de la Nación