Todo se originó cuando West en este tiempo de 19 años, quedó
en embarazo, y ante la incertidumbre que tenía de no poder cuidar bien a su
hijo, decidió darlo en adopción, y a su vez, perdió todo tipo de contacto con
la familia adoptiva.
No obstante, después de 30 años, Ford, quien ya había formado
un hogar con su esposa, se dio a la tarea de encontrar a su mamá biológica, por
lo que tomó la iniciativa de escribirle una carta, y así pactar un encuentro,
para que ella resolviera muchas incógnitas que él tenía.
Como lo habían acordado, juntos se encontraron en un hotel,
en donde compartieron una cena y a su vez una botella de champagne. Luego de
varias horas de conversación, ambos se sintieron atraídos físicamente y por
decisión mutua se dieron un beso.
Después de ese encuentro, las cosas comenzaron a cambiar, ya
que las visitas casuales entre madre e hijo, se tornaron en un ámbito sexual, y
ellos mismos han catalogado esto como algo “alucinante y fascinante ya que
según lo denominaron disfrutan la intimidad “entre familia”.
Sin embargo, al sujeto no pudo soportar más la culpa, y
acudió a revelarle toda la verdad de lo que estaba pasando a su esposa a la
cual le confesó: “cuando tengo sexo contigo imagino que es ella a la que le
estoy haciendo todo, por eso puedo hacerlo, de lo contrario me sería difícil
actuar”.
La compañera sentimental de Ben Ford, quedó atónita, y no
podía creer lo que estaba pasando, sobre todo, porque no podía asimilar que él
la fuera abandonar por irse en condición de pareja con su progenitora.
Ahora bien, la pareja que ahora convive junta, se ha visto
obligada a tener su relación a escondidas debido a una ley estatutaria que hay
en el estado de Michigan (Estados Unidos), que de ser descubiertos podrían
pasar hasta casi 15 años de prisión e incurrir en un registro de tener sexo con
madre de por vida.
Fuente: Sistema Integrado Digital