Por lo anterior, instó a los sacerdotes de las parroquias del
Huila “para que se informen bien, conozcan la situación de cada parroquia y las
defiendan en este aspecto”.
Monseñor, hablemos sobre el impuesto propuesto en la Reforma
Tributaria a las actividades con ánimo de lucro que realizan las iglesias, ¿qué
opina?
Aquí en Colombia el tropicalismo es imponer impuestos a las
iglesias; en Francia, Italia, Estados Unidos, por ejemplo, las iglesias no
pagan impuesto predial. Ahora, que haya habido abuso es posible, que nosotros
de pronto lo hayamos tenido no lo sé. Pero sí puede darse la etiqueta religiosa
en organizaciones, con pretexto de obras sociales, y por ahí lavan dinero o quién
sabe qué más hacen.
Nosotros tenemos control de la DIAN desde hace como 15 años,
la entidad sabe de nuestros movimientos porque debemos entregarle un informe
trimestral de todos los movimientos que hay en las parroquias, esto no es del
todo nuevo.
Ahora, una parroquia tiene sacristán, secretario o
secretaria, debe pagar administración, servicios, los gastos del servicio de
culto… hay parroquias donde no se puede tener ningún empleado porque vale
$1.604.000 mensuales con el salario mínimo. Esta es la situación.
¿Cree usted que este impuesto propuesto afectaría las obras sociales que hacen las iglesias?
Sí se afectarían las obras sociales. Por ejemplo, aquí entre
nosotros tenemos el Banco de Alimentos, en la pandemia repartimos casi 30 mil
mercados por todos los lugares de la ciudad de Neiva, e incluso, fuera de ella.
Y cómo lo sostenemos, pues con las donaciones, si les imponen impuesto a los
donantes entonces no hay un incentivo para que donen… Y se nos acaban las obras
sociales, entonces que el Estado asuma.
Invito a los parlamentarios para que se informen bien, sobre
todo los que son cristianos católicos. A los cuatro que son del Huila le
pediría que conozcan bien la situación de cada parroquia y la defiendan en este
aspecto.
Deben pagar impuestos los temas relacionados con las iglesias
que tienen que ver con comercio, esto no es nada nuevo. Si ponen un impuesto
pues hay que cumplirlo, pero quienes pagan, pues son los fieles, y si las obras
sociales se acaban pues los afectados son las comunidades. A mí como persona,
Froilán Casas, no me afecta porque yo pago impuestos como cualquier ciudadano,
pero los impuestos afectarían la obra tan grande que hacen las iglesias.
Monseñor, ¿qué tanta plata recaudan los templos de Neiva por
diezmo, y qué tanto gastan?
Eso depende, iglesias como la Catedral, San José, reciben un
diezmo, pero a su vez los servicios, además de la administración cuestan. Por
ejemplo, la Catedral, cuántos empleados tiene, entonces en una planta de
personal cuánto se gasta, y estos movimientos los está controlando la DIAN.
Yo no puedo dar datos estadísticos exactos sobre ingresos y
egresos porque no los tengo, lo único que sé es que, en nuestro caso, la
Catedral es sostenible con ese manejo austero. Es que una obra, un templo que
lo haría el Estado por 10 mil millones de pesos, nosotros los hacemos por mil
millones de pesos, porque es que la honestidad con la que manejamos las cosas
no la tiene nadie.
A veces dicen es que usted tiene más plata que un cura con
dos parroquias, todos estos esquemas en el colectivo cultural se van quedando,
pero no es así. Y una reflexión: en México, un país que ha sido tan laicista,
los templos los sostiene el Estado porque son patrimonio cultural, aquí no.
La congresista Katherine Miranda es una de las que más está
promoviendo este tema de los impuestos a las iglesias. ¿cree que está haciendo
populismo con este tipo de iniciativas?
Todo este tipo de personas tienen eco, hay mucha gente que
vive atacándolo todo, reaccionan a todo en forma negativa y a veces sin
fundamento. Entiendo que el Gobierno no presentó esta propuesta de que las
iglesias paguen impuestos, sino que esta fue iniciativa de algunos
parlamentarios, esta es la democracia y están en su derecho, pero de otro lado,
quienes no piensan así tienen el derecho a rebatir con argumentos para hacer
ver que la iglesia no es una entidad rica.
Es claro que los impuestos deben traducirse en salud,
educación, vías, no son para que el Estado viva despilfarrando el dinero, sino
que lo maneje con austeridad, optimizando lo que ingresa, los impuestos tienen
que traducirse en inversión, en proyectos de crecimiento, y no en un Estado que
está dando a toda hora beneficencia sino promoviendo el trabajo productivo.
Este tema ha generado opiniones encontradas, pero parecen más
quienes aplauden la iniciativa de impuestos para las iglesias, ¿qué opina?
Esto no es nada nuevo, hay gente que nos aborrece y hay gente
que nos estima. Claro que los errores que comete cualquier miembro de la
iglesia deben ser censurados y judicializados, nosotros tenemos una persecución
de tipo cultural en muchos ambientes, yo sé que a mí en redes sociales me han
insultado, pero yo le dejo el juicio a Dios.
Tomado de: La nación