Los hechos coinciden con el inicio de la pandemia del
COVID-19, situación que conllevó a que el menor infractor se fuera a vivir al
mismo núcleo familiar de la víctima en Florencia en el año 2020, por su
condición de hermanastros.
Esta convivencia al comienzo fue tranquila y cordial, pero,
según la denuncia, con el paso del tiempo el procesado comenzó al parecer a
sobrepasarse con su hermanastra a quien, mediante actos bruscos y toscos que le
dejaban moretones, comenzó a tocarle las piernas para luego ya pasar a tocarle
sus partes íntimas.
Los jóvenes se quedaban solos con frecuencia debido a que la
madre de la niña estaba en un tratamiento médico que le exigía salir de su casa
todos los días.
Estos hechos se registraron hasta el mes de septiembre de ese
año, cuando ella cansada de esa situación le contó a su padre que no quería
quedarse sola con él, por lo que el joven se fue para Solita (Caquetá). Sin
embargo, regresó en enero de 2021 donde la situación se tornó compleja ya que
además de continuar con el abuso, la amenazaba si contaba lo sucedido.
Al término de las audiencias el menor infractor aceptó los
cargos formulados por el delegado fiscal.