En Ohio, Estados Unidos, un perro de más de 23 años sorprendió al mundo y a sus dueños al entrar al libro de los Récords Guinness como el más viejo del mundo.
Esta
estrella perruna fue encontrada en el estacionamiento de una tienda hace 13
años por una amorosa mujer llamada Rita Kimball, quien al ver al can herido y
en búsqueda de una familia, no dudó en llevárselo al que se convertiría en su
nuevo hogar.
Lamentablemente,
el perrito que ya contaba con 10 años sobre su espalda, estaba en malas
condiciones, con sangre en su cuello y sin pelo, y ni hablar de que al solo
comer sobras estaba tan delgado que parecía que no sobreviviría.
Sin embargo,
y afortunadamente para esta familia, el amor logró sanar las heridas de Spike,
quien recibió su nombre por un perro animado con un carácter similar a él.
Pues como su
dueña resalta: "Spike era un nombre para un perro grande. El mío era
pequeño, pero tenía la actitud de un perro grande". Apenas un extraño se
le acerca al pequeño gigante con problemas de audición y de visión, este
comienza a ladrar sin control.
Muy
diferente a cuando alguien conocido lo ve, puesto que al cabo de unos segundos,
comienza a batir su cola en búsqueda de algunos mimos.
Para las
personas que no entienden cómo un perro logra vivir tantos años, Rita comenta
que todo se basa en una "rutina sólida". Al vivir en la granja, Spike
siempre tiene mucho por hacer luego de desayunar, como perseguir a los gatos,
ladrar a las vacas e intimidar a los caballos.
Tomado de Noticias Caracol